Vie. Dic 27th, 2024

Si hay una figura inspiradora en el mundo del automovilismo, esa es André Citroën. En el Conservatorio de la marca francesa la música suena a cilindrada. Una inmensa nave aglutina todas y cada una de las creaciones Citroën desde que en 1919 aquel genio valiente y visionario, ingeniero y constructor, convulsionara Europa con el primer coche fabricado en serie, el 10HP -Type A, que, además, incorporaba un motor de cuatro cilindros, suspensión con muelles en espiral y frenos en las cuatro ruedas. Comenzaba la democratización del motor, hasta entonces solo accesible a los más adinerados.

Una inmensa nave aglutina todas y cada una de las creaciones Citroën desde 1919

André ya había comprado la patente de los engranajes helicoidales y con su doble silueta espigada (chevrones) arrancaba una nueva era. A partir de entonces ya nada sería igual. Su inagotable creatividad le llevaría a implantar nuevas tecnologías en sus vehículos. Cada nuevo lanzamiento aportaba alguna innovación, pero siempre persiguiendo el mismo fin: la comodidad, el bienestar y la seguridad al volante de sus clientes, una filosofía empresarial que aún hoy se mantiene.

Denis Huille, responsable del patrimonio Citroën y de la Asociación La Aventura Citroën, guía a 20minutos por la historia de la marca a través de los interminables pasillos del Pabellón Principal, donde impecables descansan más de 250 modelos de los 600 que completan este “museo” de innovaciones y avances tecnológicos.

El motor flotante

En los años 20, Citroën fue el primero en fabricar automóviles con carrocerías solo en acero, lo que facilitaba la construcción, pero también los hacía más sólidos. Fueron los B10 que en breve comenzaron a cerrarse para reducir el sonido en aras del confort.

Los años 30 llegaron con avances como el motor flotante, la tracción delantera y los frenos hidráulicos

Los años 30 llegaron con más novedades y grandes avances como el motor flotante, la innovadora tracción delantera que se presentó en el C11 Traction Avant, los frenos hidráulicos o las cajas cuadradas. La doble espiga compartiría durante aquella década logotipo con un cisne en alusión a la nueva flotabilidad que reducía aún más el sonido del motor. Los cisnes dejan una estela en espiga, símbolo perfecto para la marca de los chevrones, que avanzaba rompiendo moldes y abriendo camino a otros fabricantes. La estela que dejaba Citroën ya estaba marcando el rumbo hacia el futuro del automóvil.

Récord imbatible

Las historias se amontonan ordenadas en el Conservatorio, porque aquel hombre de porte elegante, sonrisa pícara y cabeza privilegiada no solo discurría soluciones para facilitar la conducción sino que era un avanzado también en términos de marketing y publicidad y así lo demostró a las bravas cuando en 1933 mantuvo al Rosalie, su última creación, en circulación durante 300 mil kilómetros sin necesidad de reparación alguna. La oferta de 5 millones de francos a quien igualara su hazaña sigue en pie, nadie lo ha conseguido desde entonces, pero la fiabilidad de su marca quedaba más que comprobada.

Citroën implantó el crédito para facilitar la compra de sus vehículos y fue el primero en crear coches de juguete para los niños

Las travesías del C4 Autocadenas por el Sahara, África de norte a sur o las rutas Beirut-Pekín dejaban claro que un Citroën no tenía reparo en avanzar hasta por los lugares más inhóspitos y peligrosos. Implantó el crédito para facilitar la compra de sus vehículos, fue el primero en crear coches de juguete para los niños y la Torre Eiffel se iluminó con su nombre. Messieur Citroën era imbatible.

La Sala del Tesoro

En 1935, con apenas 57 años dejaba un legado futurista y la pasión por innovar sin límite, cualidad que la marca ha llevado siempre casi cual lema. Llegaron los tiempos del mítico 2CV, un coche de apariencia sencilla que lograría formar parte de la iconografía automovilística mundial, un vehículo que evolucionó al sugerente Dyane y aún hoy sigue siendo inspirador.

En la Sala del Tesoro del Conservatorio, además de varios modelos creados a lo largo de más de sesenta años que se mantuvo su fabricación, puede verse la versión 2CV6-Hermès, que en 1989 se hizo para celebrar su 60 aniversario. Solo la prestigiosa casa de maletas francesa era capaz de asegurar una lona de calidad, con cierre perfecto, e imperecederos asientos de cuero.

El 2CV, de apariencia sencilla, pasó a formar parte de la iconografía automovilística mundial

Pasillo tras pasillo, todo impacta en El Conservatorio Citroën, un lugar donde junto a la Asociación La Aventura Citroën se preserva un legado único y la historia de una marca escrita a golpe de ingenio. Aquí descansan en perfecto estado automóviles en serie junto a vehículos de competición, prototipos y concept-cars o vehículos comerciales como el TUB (1939), primer furgón de la era moderna cuya versatilidad evolucionó en el Tipo H, furgón monocasco que a finales de los 40 volvió a revolucionar las carreteras europeas y durante cuarenta años fue marcando la ruta del transformismo hasta llegar a nuestros días como emblema del “Food Truck”.

Riesgo y competición

Riesgo y aventura van unidos, junto al reto deportivo, en el ADN de la marca, forman parte importante en la casa Citroën y así puede disfrutarse en los pasillos dedicados a los rallys y otras heroicidades nunca más resueltas. Desde los 2CV Cross hasta los C4 Autocadenas de los años 20 o el ZX del París-Moscú, pasando por el tricampeón de Montecarlo Citroën Xsara WRC, todos demuestran que Citroën también escribe la historia del deporte y la competición.

Elegantes “tiburones” son las berlinas Citroën DS de los años 50 que aportaron la suspensión hidráulica, dirección asistida o frenos en los discos delanteros, entre otros ingenios técnicos que con toda seguridad salvaron la vida al presidente Charles de Gaulle y su esposa en el atentado frustrado de 1963.

El mítico Tiburón DS 19 dio forma a otra joya de la marca, el DS 21 Cabriolet Le Dandy, de 1965. El Ami 6, también de los años 50, ha sido fuente inspiradora para el nuevo Ami, eléctrico, minúsculo, ultra compacto y sin necesidad de carnet.

El XM Multimedia fue el primer vehículo en incorporar TV, teléfono e Internet

Llegaron los tiempos donde empezaba a hablarse de Internet y los avances multimedia. Citroën ya estaba en ello y su XM Multimedia fue el primer vehículo en incorporar TV, teléfono e Internet en pantalla táctil para los asientos traseros.

Suma y sigue porque también en el Conservatorio puede verse el pequeño tractor para viñedos de 1920 o el helicóptero biplaza fabricado con intención de evitar atascos en los 70. Cuando una marca es valiente, el fracaso forma parte del juego, quien no arriesga no gana, y así sucedió con el futurista modelo Karin, cuyo prototipo se presentó en el Salón de París en 1970, pero nunca llegó a fabricarse.

Prototipos míticos

El Conservatorio Citroën es la historia de la marca que más ha arriesgado asumiendo consecuencias no siempre felices, pero que a la larga convirtieron en míticos muchos de sus prototipos que hoy lucen en este lugar tan airosos como los Mehari, los GS, el DS 19 Le Paris (que incorporaba radio y reloj Jaeger-LeCoultre), el super exclusivo DS Cabriolet Usine, del que solo se hicieron diez unidades y cuya capota era eléctrica, o el inconfundible SM con motor Maserati que en 1970 cruzó la barrera de los 200 Km/h y cuya versión Opera de ocho unidades lucía una vistosa carrocería en dos tonos, aire acondicionado y radio de alta fidelidad.

En la mayor colección de Citroën del mundo no hay lugar para la nostalgia porque la pasión por el diseño y la innovación remueven las ganas de inventar, y es que tal y como reza su eslogan, “Nada nos mueve como un Citroën”.

• El Conservatorio Citroën & DS se encuentra en Boulevard André Citroën. Aulnay-sous-Bois. Abierto de martes a sábados.


Source: Coches

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por admin