Sáb. Abr 20th, 2024

GUILLE LLOPIS

  • Las acciones de la compañía, que valían 40 dólares en 2013, han alcanzado esta semana un valor superior a los 312 dólares.
  • Su valor (51.500 millones) supera a General Motors, pese a que el número de coches vendidos de Tesla es muy inferior.
  • A finales de 2017 empezará a distribuirse el Model 3, primer modelo de gama media de la empresa, cuyo desarrollo ha sido clave en el impulso.
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Tesla Model 3

El auge bursátil de Tesla ha creado un nuevo escenario en el panorama financiero de las compañías automovilísticas. En menos de 15 años (Elon Musk y el resto de fundadores crearon Tesla en 2003), la compañía de coches eléctricos ha pasado de ser una idea en la cabeza de sus ideólogos a convertirse en la empresa de coches más valiosa en Estados Unidos. Pese a que todavía está por llegar el momento en el que Tesla empiece a generar beneficios por sí misma, la compañía que dirige el gurú sudafricano ha superado a General Motors, un holding con 10.000 millones de dólares ingresados gracias a los casi 10 millones de vehículos vendidos.

La subida de la cotización de las acciones de Tesla han provocado un aumento del valor bursátil de la compañía, hasta los 51.500 millones de dólares. Es decir, más de 1.000 millones por encima de los 50.200 millones de General Motors, pese a que la compañía de coches eléctricos tan solo produjo 84.000 vehículos el año pasado, con precios a partir de los 68.000 dólares.

Este despegue se produce cuando, tras años de actividad, se avecina la llegada a los hogares de los consumidores de su primer vehículo de gama media: el Model 3. Tras arrancar su actividad con los Model S y Model X, dos coches de lujo con un precio inaccesible para muchos usuarios, el anuncio de la fabricación de un modelo más asequible inició una serie de transformaciones en la compañía: desde la construcción de su gigafactoría hasta su expansión internacional.

Una cadena de cambios constantes que, sin embargo, no consiguieron liberar a Tesla de su lastre financiero. Hace menos de un mes, la compañía pedía a sus inversores una inyección de alrededor de 1.000 millones de dólares para asumir los posibles sobrecostes que surgieran durante el desarrollo del Model 3, que empezará a distribuirse entre finales de 2017 y principios de 2018.

Expertos en finanzas e inversión preguntados por 20minutos.es aseguran a este diario que, pese a que la compañía actualmente tiene un volumen de distribución y empleados muy lejano a la competencia, su valor bursátil se dispara por una cuestión especulativa. El precio aumenta por la mayor demanda, y la confianza de los mercados en la compañía se ve más como un proyecto de futuro debido a las tecnologías que manejan que como un valor meramente de presente.

La burbuja creada en torno a la compañía se ve con escepticismo desde la acera de enfrente. En unas declaraciones de Bob Lutz, antiguo vicepresidente de General Motors, recogidas por el Denver Post, asegura que «la burbuja está condenada a estallar», ya que a pesar de que los coches de Tesla «están bien», su modelo de negocio no lo es tanto. Al respecto, el exdirectivo de la compañía automovilística señala a sus altos costes de producción como el principal problema, y sostiene que el tiempo juega en contra de Tesla: en pocos años, las marcas generalistas tendrán modelos eléctricos con los que hacer frente a la empresa dirigida por Elon Musk.

Por el momento, los frentes abiertos de Tesla son dos: competir con marcas como BMW, Lexus o Mercedes-Benz con sus modelos de gama alta, y tratar de superar a las marcas de gama media con su Model 3, que en los próximos meses podrá verse en salones de exposición. Y, sobre todo, la batalla contra sí misma: lograr cerrar un ejercicio con beneficios.

Confianza de los inversores

Pese a los augurios negativos que lanzan desde la competencia, es una certeza que los mercados confían en Tesla. El precio de las acciones de la compañía ha pasado de 40 dólares en 2013 a 312 esta misma semana. De hecho, los especuladores esperan que el valor alcance los 368 dólares por acción pese a que Tesla prevé seguir con pérdidas también en 2018.

Michael Farr, presidente de la compañía especializada en inversiones Farr, Miller & Washington consultado por el DP, asegura que ignorar los indicadores negativos relativos a la situación financiera de Tesla es como «ignorar las llamas que salen de un avión y pensar que el viaje irá bien».

Pero esa confianza de los inversores no es ciega: el principal valor de Tesla es su potencial de crecimiento, basado en una red de concesionarios que va en aumento y, especialmente, en la calidad y atractivo de sus coches. Además, la percepción de la compañía como algo más que una empresa automovilística también ayuda en ese sentido: Tesla domina las baterías, la energía y las placas solares, con lo que crea una cadena de valor que apuntala la confianza inversora hacia una empresa estratégica para comprender los cambios en la movilidad del futuro.

Valores equiparados

Así, el hecho de que Tesla se pueda mirar a los ojos con General Motors pese a sus diferencias en cuanto a ventas de coches (GM tiene en Estados Unidos una cuota de mercado de más del 17%, Tesla un 0,2%) es ya una demostración de fuerza de la compañía californiana.

Aunque todavía tienen que demostrar que pueden ser rentables, y sus compradores mantienen aún el impulso fiscal del Gobierno (hasta 7.500 dólares) por la compra de un coche eléctrico, en su todavía breve historia corporativa ya han conseguido algo muy complicado: el poderoso respaldo de los inversores.


Source: Coches

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por admin

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