Sáb. Dic 21st, 2024

El hielo, la nieve y las lluvias son las tres razones de más peso para regular la velocidad en carretera durante estos días y así mantener la seguridad al volante. Estos tres fenómenos atmosféricos afectan a la adherencia de los neumáticos en carretera y convierten el asfalto en una pista más resbaladiza.

Pero más allá de estos condicionantes propios de los meses de frío, hay otra serie de circunstancias que pueden encontrarse en la carretera y que nos obliguen a levantar el pedal del acelerador si no queremos ponernos en peligro a nosotros mismos y al resto de usuarios que nos rodean.

Una carretera en mal estado, con demasiadas curvas o el asfalto muy deteriorado es una razón de peso para reducir la velocidad. Un firme con baches y grietas puede comprometer seriamente la seguridad vial a altas velocidades.

Cuando observemos señales que indican curvas, será necesario reducir la velocidad según haya un panel (15-30 km/h), dos (30-45 km/h) o tres (más de 45 km/h). Las marcas longitudinales continuas en carreteras con curvas también son una señal inequívoca para levantar el pie y afrontar estos tramos a una velocidad más baja. Este tipo de señales verticales suelen ir acompañadas de indicaciones sobre la velocidad recomendada, que también es importante respetar.

Así mismo, cuando haya instaladas señales de atascos o accidentes será recomendable reducir la velocidad aunque no se divise ningún incidente cercano. No adecuar el velocímetro y frenar bruscamente puede provocar una colisión en cadena.

La presencia de ciclistas debe ser sinónimo de un aumento de las precauciones al volante y una disminución de la velocidad. Estos usuarios de la carretera son altamente vulnerables y para adelantarlos es necesario ser responsable y hacerlo siguiendo las normas. Igualmente, habrá que prestar atención a las señales que nos puedan alertar de su presencia.


Source: Coches

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por admin