Vie. Nov 15th, 2024

La polución no es la única enemiga contra la que luchan las grandes ciudades, a pesar de que la creación de zonas de emisiones bajas y tráfico restringido a los vehículos más contaminantes sea una prioridad. El ruido es otro elemento que contribuye a la contaminación ambiental y que desmejora más de lo que podemos percibir la calidad de vida de los habitantes de las grandes capitales, caracterizadas por un tráfico excesivamente abundante.

En Francia han llegado al límite y ya no pueden soportar más ruidos, especialmente aquellos provocados por motocicletas (sobre todo) y otros vehículos ruidosos. Para luchar conta los sonidos propios del tráfico rodado han decidido echar mano a Medusa, un dispositivo similar a un radar que mide el sonido ambiente, detecta excesos de decibelios y localiza a la fuente del considerado problema (con la consiguiente multa).

Por el momento, la instalación se ha llevado acabo en los barrios XVII y XX de la capital francesa y seguirá en fase de pruebas hasta el año que viene. Para que empiecen a llegar las multas se barajan dos posibles fechas según los medios franceses: o bien comenzar a finales del año que viene o esperar al próximo 2023.

Además de en la capital francesa, otras localidades en las que se van a instalar y a testear estos dispositivos Medusa son Nantes, Niza, Bron, Rueil-Malmaison, Villeneuve-le-Roi, Toulouse y en la comunidad Haute vallée de Chevreuse. Estas iniciativas se suman al plan que el país vecino ha desarrollado para conseguir reducir de cara el próximo 2026 sus niveles de contaminación en el más amplio sentido de la palabra. Al igual que en España, también adoptaron a inicios de este año la reducción de la velocidad en las calles a 30 kilómetros por hora, una medida que reduce la contaminación y pacífica el tráfico al mismo tiempo.

Las multas por ruido de vehículos (sobre todo aquellos que tengan el escape y libre y no homologado) están especificadas en el Código Vial francés y normalmente rondan los 135 euros, aunque hay un gran abanico de excepciones para diferentes situaciones puntuales que excedan este supuesto.

En España, las multas genéricas que hacen referencia a ruidos se cifran entre los 750 y los 3.000 euros y afectan sobre todo a los sonidos que se detecten en casa o en bares. En el caso concreto de los ruidos emitidos por vehículos, las sanciones van desde los 90 (por hechos como circular con la música muy alta) hasta infracciones graves de 300 euros si se circula por ejemplo con resonador. Pero en nuestra país, por el momento, no van a existir estos radares como en Francia: es necesario que sea un agente de tráfico el que detecte un comportamiento o ruido incívicos.


Source: Coches

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por admin