Este año 2023 ha comenzado con la extensión de las Zonas de Bajas Emisiones a todos aquellos municipios de más de 50.000 habitantes que las habiliten, y esto quiere decir que los coches que tengan el distintivo B y C no residentes en dichas áreas tendrán restricciones de acceso, salvo las puntuales excepciones que se hayan adoptado, como estacionar en un parking autorizado.
En este contexto, los coches bifuel empiezan a ser alternativas muy valoradas para los que tengan que transitar por los grandes núcleos urbanos, pues con sus mecánicas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) o de Gas Natural Comprimido (GNC) entran en esta categorización mediante la etiqueta Eco, además de ser más asequibles que los híbridos y, por supuesto, los eléctricos.
¿Qué es y cómo funciona cada cual? Empezamos por lo que los une, y es que se valen de las mecánicas de combustión tradicionales, y por tanto pueden funcionar también con gasolina.
Gas Licuado del Petróleo
Los automóviles que funcionan con GLP disponen de dos depósitos de combustible, uno para la gasolina y otro para este combustible alternativo, que se obtiene en un 65% de la extracción del gas natural y un 35% del refinado del petróleo.
Al disponer de dos tanques tienen mucha mayor autonomía en lo que a kilometraje se refiere y permite un ahorro en combustibles de hasta el 40%. El precio del GLP está por muy por debajo de la gasolina o el diésel, en torno al euro por litro.
Por supuesto, las emisiones también juegan a su favor, ya que el gas licuado genera un 36% menos de carbón y un 15% y un 10% menos de consumo que la gasolina y el diésel, respectivamente.
Esta modalidad es una de las más usadas en Europa, con más de 15 millones de vehículos apuestan por este combustible alternativo, según la Asociación Española de Gas Licuado. En España la cifra supera los 50.000 usuarios.
Gas Natural Comprimido
Al igual que en los GLP, existen los coches con dos tanques de combustible. El funcionamiento básico es el siguiente: el gas natural se almacena un depósito (donde permanece en estado gaseoso) y se transfiere a alta presión hasta el colector de admisión o la cámara del combustible. Entonces, la presión se reduce para compatibilizarla con el sistema de inyección y se mezcla con el aire. Esta mezcla se enciende con la bujía.
La mayor diferencia, aparte de que no es tan comúnmente utilizado, de los GNC con los GLP, es que son todavía menos contaminantes. Reduce en un 25% las emisiones de CO2 en comparación con la gasolina y en un 75% las NOx con respecto al diésel.
Source: Coches