El renting es una modalidad de alquiler a largo plazo que permite disponer de un vehículo a cambio del pago de una cuota mensual que incluye diferentes servicios, más allá del uso del automóvil en sí. Una de las ventajas de este sistema financiación es que permite calcular y estimar los gastos que va a suponer el vehículo mes a mes, haciendo mucho más fácil controlar el presupuesto.
A diferencia de un leasing o de las cuotas de pago de un préstamo, si pedimos financiación externa para pagar nuestro coche, las mensualidades del renting incluyen el pago de otros servicios asociados al uso y disfrute de un vehículo.
¿Qué servicios están incluidos en la cuota de renting? El primer y principal gasto de todos que incluye la cuota es el seguro. Con el renting, la póliza obligatoria a terceros está incluida dentro de cada mensualidad, por lo que el usuario no tiene que preocuparse de nada, ni siquiera de contratarla. Dependiendo del dinero que nos queramos gastar, la póliza cubrirá más o menos supuestos.
Por otro lado, todos los gastos asociados a la compra de un vehículo, como el impuesto de matriculación, estarán cubiertos en cada pago mensual. Igualmente, el impuesto de circulación también lo estará, por lo que el arrendatario se olvidará de tener que ajustar cuentas con el ayuntamiento de referencia.
Averías y malos usos del coche
Más allá de los impuestos, la cuota de renting también contempla los gastos de mantenimiento del vehículo. Las revisiones estipuladas por el fabricante, los cambios de neumáticos… Incluso posibles averías puntuales: todo estará incluido, exceptuando, obviamente, el combustible.
Por otro lado, los gastos que no incluye la cuota del renting son los derivados de un mal uso del vehículo, entre ellos, las multas de tráfico. Todas las sanciones que lleguen por infracciones contra las normas viales deberán ser abonadas por el conductor, es decir, el arrendatario del contrato de renting.
Source: Coches