La Unión Europea lleva varios años focalizando su legislación respecto al sector de la automoción en la reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera. Las diversas leyes aprobadas por el organismo supranacional en los últimos tiempos, como es lógico, han tenido que ser acatadas en España, y entre ellas destaca la normativa CAFE (Clean Air for Europe en sus siglas en inglés). Aunque pueda ser desconocida para muchos, lo cierto es que será muy importante durante el próximo año.
Esta normativa se estableció en el año 2020, aunque a partir del 2025 habrá notables cambios que afectarán a todos los fabricantes de coches que comercialicen sus automóviles en los Estados miembros de la Unión Europea. Esta legislación está enfocada a las emisiones contaminantes que expulsan los vehículos, y desde el 1 de enero será todavía más restrictiva para las casas automovilísticas europeas.
La normativa CAFE: ¿qué cambiará en el 2025?
La normativa CAFE establece de manera progresiva los límites de dióxido de carbono que pueden emitir los coches que se venden en la Unión Europea. En la actualidad, ese tope está en 115,1 gramos por kilómetro, pero para el año 2025 habrá una bajada drástica de esa cifra: a partir del 1 de enero, los vehículos solo podrán expulsar 93,6 g/km, lo que supone una rebaja de 23,5 g/km (lo que equivale a un 18,7% menos).
Esta rebaja de emisiones se enmarca dentro de la legislación de la Unión Europea en la que se aprobó la prohibición de vender coches de gasolina o diésel a partir del año 2035. El límite de 93,6 g/km se mantendrá vigente durante 48 meses, hasta el año 2029, cuando dicho tope disminuya de nuevo hasta los 49,5 g/km. Además, los fabricantes que no sean capaces de cumplan esta normativa se enfrentarán a multas millonarias por parte del organismo continental, incluidos los que operan en España.
Los fabricantes piden una prórroga
La entrada en vigor de esta normativa CAFE actualizada es inminente, y por ello los fabricantes de coches piden una prórroga y que no se haga efectiva en el año 2025. Lo más preocupante para la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) es la falta de flexibilidad de esta nueva legislación, ya que las ventas de vehículos eléctricos de los últimos meses no incitan al optimismo.
Las cuantiosas multas a las que se tendrán que enfrentar los fabricantes son una de las mayores preocupaciones de las empresas automovilísticas en Europa. De momento, todo continúa tal y como tiene previsto la Unión Europea y a partir del 1 de enero de 2025 los coches nuevos deberán contaminar mucho menos.
Source: Coches