Veintiséis años en el mercado, 6,6 millones de unidades vendidas en todo el mundo durante este tiempo y el mismo pliego de condiciones: un todocaminos familiar y diferente que casa perfectamente con un tipo de usuario muy moderno que no se conforma con cualquier cosa.
Y en esta sexta generación el Outback, además, se pone al día con argumentos muy contundentes en prácticamente todas las áreas, desde el estilo hasta los equipamientos, pasando por unas mejoradas cualidades dinámicas o un ADN que sigue siendo de lo más exclusivo.
Con una longitud de 4.870 mm, 50 mm más que antes, y una anchura de 1.875 mm, superior también en 30 mm, el Outback de nuevo cuño, y como no podía ser de otra forma, se diferencia por un estilo exterior plagado de muchas novedades como ocurre con las ópticas del tipo LED, la parrilla frontal hexagonal, los paragolpes, las llantas de 18 pulgadas, las barras del techo o los protectores de los bajos de la carrocería. Igualmente se modifica la vista posterior con un atractivo portón (de accionamiento eléctrico) que se beneficia de una boca de carga más ancha y el extra de poder abrirlo con solo pasar el pie por debajo de la carrocería.
Pantalla multifunción del tipo “tablet”
Por dentro, la frescura en todos los detalles se palpa enseguida. Lo primero que llama nuestra atención es la pantalla multifunción central que ahora es del tipo “tablet” con una generoso tamaño de 11,6 pulgadas y repleta de las más variadas funciones para tener todo bajo control.
El salpicadero se nota mucho más robusto en sus acabados y los asientos, además de un nuevo diseño, se diferencian en esta generación por ser más grandes y calefactables. El tablero de la instrumentación y el volante modifican igualmente su terminación para conseguir el ansiado objetivo de la renovación.
Como antes, la habitabilidad sigue siendo una de sus grandes bazas con unas plazas posteriores aún más amplias y un acceso inmejorable gracias a la gran altura de la carrocería al suelo que en esta fase es 1,3 cm superior.
En el apartado dinámico la hoja de ruta presenta renovados argumentos. Fiel al boxer de gasolina de 2,5 litros y 169 caballos de potencia, la marca asegura que un 90 por ciento de las piezas son totalmente nuevas al igual que el cambio automático, de variador continuo, que ahora tiene ocho relaciones.
Otra interesante detalle en este modelo es la utilización de la plataforma global SGP de la marca, que debuta precisamente en este Outback, siendo más resistente que en la generación anterior y capaz de absorber un 40% más de energía en caso de sufrir un accidente.
Tracción total X-Mode
Y como no podía ser de otra forma, el todocaminos japonés sigue confiando en un elaborado sistema de tracción a las cuatro ruedas y en el eficaz X-Mode, santo y seña de todas sus realizaciones. Sus dos modos (nieve-tierra y nieve-barro) ofrecen un balance en los recorridos off-road de auténtica referencia. Destacar, además, el nuevo sistema de cámaras exteriores EyeSight 4.0 que facilita sobremanera el manejo del vehículo facilitando los movimientos a la hora de aparcar.
De igual manera, la seguridad vuelve a incluir un avanzado sistema de asistentes para que no se eche en falta prácticamente nada en este apartado. Destacamos el control de la dirección, el control de crucero adaptativo, la frenada de emergencia marcha atrás y un largo etcétera.
En cuanto a la gama, Subaru ofrece tres niveles de equipamiento: Trek, Field y Touring. En el primero se beneficia el uso por carretera, mientras que en el segundo se potencian los accesorios para hacer un uso más campero. El Touring, por su parte, ejerce de tope de gama con un equipamiento de lo más completo.
En marcha
En esta primera prueba hemos conducido un modelo con la terminación Field que se beneficia de una estética más “off-road” gracias a varios accesorios diferentes que potencian este apartado. Su rendimiento, en conjunto, es de lo más satisfactorio y no se echa nada en falta. Tal vez el cambio automático ofrece más resbalamiento del deseado, pero solo eso. Los casi 170 CV de potencia mueven con soltura esta carrocería y sobre asfalto va muy bien.
En los recorridos camperos, el Outback se muestra igualmente muy bien armado. La tracción total le otorga grandes cualidades y la tranquilidad para circular con mucha confianza en caminos y sobre superficies deslizantes. Los consumos, por su parte, entran dentro de la normalidad con una media en nuestra prueba de 9,7 litros a los 100 kilómetros que no está nada mal si tenemos en cuenta el peso del conjunto.
En el caso de la versión probada, el precio es de 42.500 euros (sin descuentos) destacando la modalidad de renting con cuotas por debajo de los 400 euros. De cara a esos usuarios que quieran disfrutar de la etiqueta Eco de la DGT, este modelo puede contar con variantes de gas GLP que tienen un coste extra de 2.000 euros.
Como conclusión cabría decir que el Outback es un producto muy redondo, sólido, duradero, con mucho espacio interior, capaz de darnos muchas alegrías en los recorridos off-road e ideal para diferenciarse entre el tráfico.
Source: Coches