El Jeep Renegade es el modelo más pequeño de la gama, y como tal es, junto al Compass, el más polivalente. Su tamaño le confiere muchas ventajas en uso urbano, pero además es confortable en carretera y ágil fuera de ella.
Sin duda es un SUV con trazas de todoterreno, con una imagen robusta y angulosa que hace guiños al Wrangler, el modelo de referencia de Jeep. Además, la variante Trailhawk añade características más “camperas”, caso de las protecciones frontales, la placa protectora de la transmisión y elementos decorativos del interior, pero sobre todo cuenta con un sistema de tracción Selec-Terrain ideado para responder a distintas circunstancias de conducción dentro y fuera del asfalto.
Si a eso se le añade el eficiente sistema híbrido enchufable 4xe de nueva factura, que además le otorga la etiqueta Cero y todas sus ventajas fiscales y de movilidad, el círculo se cierra sobre un modelo que vale para todo.
La imagen del Jeep Renegade podrá gustar más o menos, pero desde luego es una propuesta distinta en el mundo de los SUV actuales. Parece más grande de lo que en realidad es, y es que sus formas permiten aprovechar al máximo su espacio interior. La versión Trailhawk se distingue del resto por los adhesivos en el capó, los protectores inferiores delanteros, los cristales traseros oscurecidos y las llantas de 17 pulgadas, además del logotipo acreditativo en el portón trasero.
Por dentro el habitáculo es amplio, ideal para cuatro personas, y cuenta con detalles de color y tapicería específica con la firma “Trailhawk”. El maletero ofrece 330 litros de capacidad y tiene unas formas cuadradas que distribuyen la carga de forma óptima.
Una tecnología, muchas opciones
El puesto de conducción es típicamente SUV, elevado y con mucha visibilidad. El salpicadero no es muy profundo y volante y consola están en una posición muy vertical, con una gran pantalla de 8,4 pulgadas para el sistema multimedia Uconnect incrustada en el centro y bastantes mandos físicos por debajo, en contra de las tendencias minimalistas actuales. En la parte inferior hay un selector para el sistema de tracción Selec-Trac y tres botones para el sistema híbrido.
La versión Trailhawk del Renegade cuenta con la mecánica 4xe híbrida de 240 caballos, potencia que proviene de un motor gasolina de 1,3 litros y 180 caballos y de dos propulsores eléctricos, uno alojado en cada eje, que aportan en total 44 kW (60 CV).
Sobre el papel, la autonomía eléctrica es de 50 km, suficiente para la mayoría de trayectos que se hacen a diario, y con la posibilidad de enchufarlo a un punto doméstico y recargar la batería de 11,4 kWh en unas 5 horas (1,5 horas en un wallbox de 7,4 kW).
El sistema tiene tres modos: Híbrido, que es el que funciona por defecto; Eléctrico y E-Save, este para “contener” el uso de energía (y utilizarla cuando mejor convenga) o para regenerarla.
Nosotros fuimos “jugando” con los distintos modos, para verificar su funcionamiento. En modo Eléctrico es un gustazo rodar en silencio por ciudad, por carretera (hasta 130 km/h) y sobre todo por caminos, todo ello sin gasto de combustible alguno y con una buenísima respuesta. Lo hicimos en trayectos cortos, para preservar la batería y porque también quisimos comprobar cuánto daban de sí los 240 caballos del sistema, que son del todo contundentes aunque no los proporciona de manera desbocada. También hay que recordar que este Renegade arrastra casi 400 kg más que las versiones térmicas de tracción simple, pero con todo es capaz de acelerar de 0 a 100 km en 7,1 segundos y rozar los 200 km/h de velocidad punta.
Con el modo híbrido y la batería con carga, sin abusar del acelerador, el consumo puede estar en torno a los 2,5 o 3 litros de media a los 100 km, mientras que si recurrimos al E-Save es el motor térmico el que funciona todo el tiempo y el gasto supera los 8 litros a los 100 km. La ventaja es que regenera la energía, sobre todo pulsando el botón que se identifica con una pila y que fuerza la máxima recuperación en deceleraciones y frenadas, y en tan solo 20 minutos se puede disponer de una autonomía eléctrica de unos 15 kilómetros para utilizar en zonas urbanas, que es donde más consume un coche, y por tanto la media se equilibra.
Con todo nuestro “juego”, el consumo medio en algo más de 200 kilómetros de test fue de 7,3 litros, pero recorrimos más de 44 en modo eléctrico y aún quedaban 14 de autonomía, unas cifras conjuntas que están muy bien.
Un SUV con dotes de todoterreno
Un enorme valor añadido de este Renegade 4xe Trailhawk está en la combinación de la tecnología híbrida con el sistema de tracción total Selec-Trac, ya que la fuerza se transmite a cada rueda, en cada situación, de forma muy precisa. Esto lo hace especialmente útil en condiciones de nieve, arena, barro o rocas, que son los programas de que dispone el sistema Selec-Terrain junto al modo automático y Sport, además de los programas 4WD y 4WD Low para gestionar el reparto de fuerza en los dos ejes.
En la práctica, después de transitar por largos caminos, es que estos se tienen que complicar mucho para poner en aprietos al Renegade, que aunque no es un todoterreno puro permite llegar mucho más lejos que un buen número de SUV que no están tan preparados para rodar fuera del asfalto.
El Jeep Renegade 4xe Trailhawk es, por tanto, un vehículo que se adapta a muchas necesidades, y por la tecnología que incorpora se posiciona en lo alto de la gama. Con la oferta actual de la marca, este modelo de etiqueta Cero se puede adquirir por 36.905 euros, pero si se le aplican las ayudas del plan Moves III –de hasta 5.000 euros–, el precio desde luego resulta muy competitivo en relación a lo mucho que se obtiene a cambio.
FICHA TÉCNICA
Motor: híbrido de gasolina.
Potencia (kW/CV): 176/239.
Cambio: automático, de 6 velocidades.
Largo (mm): 4.236.
Ancho (mm): 1.805.
Alto (mm): 1.718.
Maletero (litros): 330.
Velocidad máxima (km/h): 199.
De 0 a 100 km/h (seg.): 7,1.
Consumo medio (l/100 km): 2.
Emisiones CO2 (gr/km): 46.
Precio (euros): 36.905 euros.
Source: Coches