En España, cada estación del año tiene distintas particularidades para el mantenimiento de nuestro vehículo. Las olas de calor en verano, el frío del invierno o la aparición de un mayor número de insectos en primavera, entre otros, son algunos de los problemas que tenemos que tener en cuenta para que nuestro coche no sufra ningún tipo de problema que perjudique a la circulación y a la seguridad vial.
En cuanto a los meses de otoño, las hojas de los árboles pueden llegar a convertirse en un inconveniente real que afecte al buen mantenimiento de nuestro ‘amigo de cuatro ruedas’. Entre ellos, podemos mencionar los problemas de corrosión o los desperfectos en la carrocería del coche, sin olvidar, obviamente, el peligro que supone conducir por calzadas repletas de hojas.
Adquirir una plaza de garaje
Uno de los consejos más recomendados por los expertos en automoción es adquirir una plaza de garaje para conservar y mantener el buen estado de nuestro vehículo el mayor tiempo posible. Sin embargo, esta opción cada día es más remota, pues es bastante compleja la idea de conseguir un sitio adecuado para dejar el coche. La oferta supera a la demanda, por lo que tendrás que seguir algunos de los consejos que, a continuación, os detallaremos para ‘salvar’ a nuestros automóviles del ‘peligro’ constante de las hojas y de los diferentes elementos.
¿Las hojas de los árboles causan daños en el coche?
Esta es una de las grandes preguntas que se hacen la mayoría de los conductores. Las hojas no producen ningún daño por sí solas. Sin embargo, si se juntan con otros elementos sí que podrían ser dañinas para la carrocería de nuestro vehículo y para la conducción.
Un buen ejemplo es la gran humedad que existe cuando caen las fuertes tormentas de otoño. Esta no desaparece a la misma velocidad que el agua y una exposición prolongada podría provocar cierta corrosión en la chapa y en diferentes pinturas.
Cabe recordar que las hojas actúan como esponjas, pero a la misma vez pueden meterse por los resquicios más pequeños de nuestro vehículo, causando problemas en el motor o podría incluso taponar algunos orificios o componentes eléctricos.
Otra de las recomendaciones más comunes es evitar que las hojas se acumulen entre el parabrisas y el capó del vehículo, ya que pueden provocar algún que otro tipo de tapón en el drenaje y, además, prohibir al conductor de obtener una visión óptima en la conducción.
Asimismo, la melaza es un componente de la hoja que puede llegar a ser muy peligroso debido a la sustancia pegajosa que desprende, privando al conductor de una visión completa y, sobre todo, podría ocasionar cierto daño sobre la carrocería del vehículo.
Consejos para evitar daños
El primer gran consejo es intentar no aparcar debajo de árboles repletos de hojas. No obstante, esta situación es cada vez más compleja, y sobre todo, en las grandes ciudades, puesto que existe una gran demanda de aparcamiento y no es nada fácil encontrar zonas de estacionamiento.
El siguiente consejo es retirar diariamente las hojas del vehículo para intentar que estas no se acumulen, provocando tapones en los orificios o en cualquier otra parte importante del automóvil. Para no rayar la carrocería del coche, es muy importante retirarlas con la mano y no con el limpiaparabrisas.
Por último, y una vez retiradas todas las hojas, habría que limpiar la zona con agua a presión y mucho jabón para retirar los restos de melaza acumulada en las zonas más afectadas. Asimismo, es recomendable utilizar agua caliente para reblandecer dicha zona.
Source: Coches