En un elemento altamente tecnológico como un coche, muy pocas cosas están presentes por casualidad. Hasta el más mínimo detalle tiene su utilidad. Y un buen ejemplo lo encontramos en el parabrisas.
Si nos fijamos, en los extremos del parabrisas hay un borde negro y pegado a este, unos pequeños circulitos del mismo color, que se van degradando conforme se alejan del extremo. ¿Qué son? ¿Para qué sirven?
Estos puntos negros se denominan «frits» (o fritas) tienen una función: ayudan a distribuir la temperatura de manera uniforme para disminuir la distorsión óptica o la formación de lentes, tal y como recoge el Mirror.
«Esto sucede cuando la banda negra sólida se calienta mucho más rápido que el vidrio del parabrisas, creando una distorsión óptica que hace que las líneas rectas parezcan curvas o arqueadas hacia el centro», dice este medio, citando a expertos de Autoglaze.
Así, los puntos ayudan a disminuir este fenómeno, lo que significa que el conductor puede ver a través del parabrisas «disipando el calor y distribuyéndolo uniformemente».
Pero no es la única función. También son vitales para mantener el parabrisas pegado. «Proporciona una superficie más rugosa para que se adhiera el sellador adhesivo, ya que esta parte del parabrisas es el punto de contacto entre el vidrio y el marco del vehículo. Esto ayuda a garantizar que el adhesivo pueda formar una unión fuerte en todo el contorno del parabrisas para mantenerlo correctamente en su lugar, dice el Mirror citando a expertos de Max Auto Glass.
Ambos expertos también revelaron que la estos puntitos también tienen fines estéticos, creando una barrera visual, por lo que el esmalte negro y los puntos impiden que los conductores vean el adhesivo a lo largo del marco del parabrisas, creando una apariencia mucho más pulida.
Source: Coches