Las reprogramaciones son prácticas habituales en algunos talleres de España, y todavía más ahora. La existencia de una inmensa cantidad de componentes electrónicos en cada coche nuevo ha hecho que muchos conductores se planteen esta acción.
Como bien explica este mecánico en uno de sus videos para redes sociales, una reprogramación «consiste en meterle algo más de caballaje sin dañar ni forzar componentes mecánicos del motor y sin tener que cambiar nada». Para eso, hay que modificar el software de la centralita, es decir, hackearla ajustando parámetros como la potencia, el consumo o la respuesta del motor.
¿Cuál es la utilidad de la reprogramación según el mecánico?
El mecánico lo tiene muy claro, la reprogramación es más útil en vehículos como la autocaravana que conduce, ya que si lo que buscas es «ir cómodo y paseando» el aumento de potencia hará que sientas la conducción más ligera.
Por otro lado, además de confort, lograrás eficiencia, el motivo por el que se suelen «mapear» los coches, es decir, ahorrar mucho combustible.
¿Es legal reprogramar un coche?
La DGT permite la reprogramación de la centralita del motor (UCE), siempre que sea una modificación autorizada por el fabricante del vehículo. Alterar los parámetros sin el visto bueno de la marca puede derivar en fallos mecánicos importantes.
Por este motivo, desde RACE (Real Automóvil Club de España) aconsejan realizar este tipo de intervenciones en talleres oficiales o en centros especializados que cuenten con equipos homologados. Así, además de evitar posibles averías, se garantiza que el coche superará sin problemas la ITV.
¿Cómo se reprograman los coches?
La reprogramación puede realizarse de dos maneras: acudiendo a un taller especializado donde se ajustan los parámetros del motor mediante software conectado al vehículo, o bien instalando una centralita de potencia que mejora el rendimiento y reduce el consumo.
Existen tres niveles de reprogramación. El primero solo modifica el software del motor; el segundo añade cambios en variables y componentes mecánicos; y el tercero implica la sustitución de piezas clave del motor para maximizar la potencia. En todos los casos, el objetivo es mejorar la eficiencia y el control del vehículo.
Source: Coches