La cuarta generación del Skoda Superb acaba de ser presentada y, aunque comparte mucho con su hermano el Volkswagen Passat, Skoda sí ofrecerá su modelo con carrocería berlina, además del familiar Combi.
Hace nada menos que 22 años que se comercializa el Superb, y Skoda siempre se ha mantenido fiel a la receta que le ha cosechado tantos éxitos. Y así parece que va a seguir. Por ejemplo, en términos de tamaño, apenas cambia: crece unos pocos milímetros en largo y rebaja su altura. Sin embargo, dentro del habitáculo sí que se optimiza y mejora el espacio, con más hueco para las piernas en la zona trasera y unos maleteros que también aumentan en tamaño: 20 litros más para la berlina: 645 litros; y 30 extra en el caso del familiar Combi: 690 litros.
También evoluciona en cuanto a su diseño, aunque tampoco rompe con el pasado. Su parrilla frontal es ahora algo más ancha y en forma de octágono, y monta de serie faros LED en toda la gama. Las líneas lucen más estilizadas y suavizadas, todo ello con el fin de mejorar su aerodinámica, que es nada menos que un 15% mejor que en la actual generación. En la zaga, las ópticas se estrechan y optan también por la tecnología LED.
Cambio total en el interior
Ahora bien, dentro de su habitáculo sí que cambian bastante las cosas con respecto a su predecesor. La nueva pantalla central flotante de 10 o 13 pulgadas, se convierte en protagonista del interior. A través de ella se controlan casi todos los elementos relacionados con el coche, excepto alguno que otro, que se hace desde los nuevos ‘Smart Dials’ inferiores. Estas tres ruletas digitales cuentan en su zona central con una pantalla LED de 32 milímetros que muestra la función elegida. Las dos laterales controlan los menús de la climatización, mientras que la central cumple varias funciones; desde ajustar el volumen del multimedia hasta la dirección del aire, la velocidad del ventilador, los modos de conducción, el zoom del mapa del navegador… Los cambios más importantes se completan con el desplazamiento del selector del cambio a la columna de dirección, un movimiento que libera espacio en la consola central y que deja una zona más limpia en la misma.
Tecnológicamente también dispone de gran variedad de asistentes para el conductor, como puede ser el aparcamiento inteligente, el asistente de giro, el asistente de cruce, los 10 airbags que incorpora, etc. Y no nos olvidemos de los ya clásicos elementos ‘Simply Clever’ de Skoda, desde la rasqueta para el hielo con lupa de la tapa del depósito, a los paraguas en los cantos de las puertas delanteras, pasando por elementos de nueva factura como los bolsillos para móviles de los respaldos de los asientos delanteros, la bandeja de carga eléctrica, o un kit para dormir en el coche, con manta y reposacabezas específicos.
Mecánicas variadas
Por último, en lo que a mecánicas se refiere, la firma checa apuesta por la variedad. Es obvio que se han tenido que adaptar a los tiempos que corren, pero siguen ofreciendo diferentes opciones donde elegir, dependiendo del uso que se le vaya a dar. Así, el nuevo Superb ofrece mecánicas de todo tipo menos la 100% eléctrica. Tenemos dos motores de gasolina convencionales de 204 y 265 CV, dos diésel, de 150 y 193 CV, una variante Mild-Hybrid totalmente nueva en la gama, con 150 CV y etiqueta Eco por vez primera, siendo además la de acceso; y una opción híbrida enchufable que, aunque ya existía en la generación anterior, aumenta ahora su batería para pasar de ofrecer 60 kilómetros de autonomía eléctrica a 100 que ofrece ahora. Eso sí, esta última sólo está disponible para la carrocería familiar Combi.
Todas las mecánicas se asocian a una transmisión automática DSG de siete velocidades excepto la híbrida enchufable, que tiene seis marchas. Y también ofrece tracción a las cuatro ruedas, en los motores más potentes de gasolina y diésel (2.0 TSI 265 CV y 2.0 TDI 193 CV).
Source: Coches