Es cierto que los coches más modernos cuentan con numerosos elementos de seguridad que previenen accidentes y algunas de las graves consecuencias derivadas de los mismos. Detectores de cansancio y fatiga, corrección de cambio involuntario de carril, airbags… pero hay veces que las cosas más simples son las que más pueden ayudar.
Y es el caso de los reposacabezas. Puede parecer que son una parte del asiento que ayuda a adoptar una postura cómoda mientras se conduce pero su utilidad va más allá. Según la DGT, el mejor combo con el que puedes contar para evitar, entre otros daños, el temido latigazo cervical en caso de choque es el uso del cinturón de seguridad, de los reposacabezas y del airbag.
El latigazo cervical es el movimiento brusco que realiza la cabeza y el cuello cuando se sufre un accidente de tráfico, normalmente una colisión o choque. Este gesto puede provocar desde lesiones leves a graves, como un esguince cervical o, incluso, tetraplejia y sus efectos no tienen porqué sufrirse en el momento, pueden desarrollarse incluso semanas después. Así que, ¿cómo evitarlo?
El reposacabezas es un elemento de extremada importancia si se quiere evitar sufrir las consecuencias derivadas de un latigazo cervical al sufrir una colisión. Lo más evidente es que no hay que retirarlo nunca del asiento (aunque se pueda) y hay que regularlo siguiendo estos parámetros:
Este elemento de seguridad alivia los efectos y las consecuencias de un latigazo cervical dirigiendo la energía del choque a la estructura del asiento. Así, se alivian las tensiones que sufren la cabeza y el cuello. Es especialmente útil en casos de choque trasero a baja velocidad y en el rebote de colisiones frontales.
Source: Coches