El calor del verano es, muchas veces, insoportable. Pero hay ciertos segmentos de la población que aún toleran menos las altas temperaturas, como los niños o la gente mayor, por lo que hay que tener más cuidado con ellos durante estos meses. En especial, en circunstancias como el interior del coche.
Durante un viaje o un trayecto, mientras esté el coche en marcha y el aire acondicionado funcionando, no hay apenas problemas, siempre y cuando el aire no les dé directamente, para evitar que cojan frío. ¿Pero qué pasa cuando el coche está estacionado?
Ni siquiera aunque bajemos del coche para hacer una gestión rápida, entrar a comprar algo de último minuto o recoger un encargo deberemos dejar a los niños pequeños, especialmente bebés, en el interior del vehículo
Aunque no son situaciones que se produzcan todos los días, sí pueden tener graves consecuencias y desenlaces fatales, como el fallecimiento del menor. Pese a la poca incidencia de estos despistes o actitudes en España, se calcula que en Europa han fallecido un centenar de niños por estas causas desde el 2006.
Dejar a un niño en el coche durante el verano es someter a su organismo a unas condiciones de calor que pueden afectar seriamente a su actividad cerebral. Y es que la temperatura del habitáculo de un coche, incluso con las ventanillas abiertas, puede duplicarse en cosa de media hora, alcanzando hasta los 60 grados.
Cuando el cuerpo humano supera los 42 grados, existe un alto riesgo de sufrir un golpe de calor, que puede resultar especialmente peligroso en el interior de un vehículo, ya los aumentos de temperatura sobrevienen de forma rápida. Y la hipertermia resultante, junto con la deshidratación, pueden producir la muerte.
Los golpes de calor no solo afectan a niños, también a personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias o gente mayor, por lo que hay que vigilar que nunca se deja a este tipo de personas dentro del coche solas.
Source: Coches