Donald Trump está llevando a cabo una política totalmente disruptiva respecto a la anterior administración de Joe Biden en los apenas dos meses que lleva en la Casa Blanca. Este segundo mandato del magnate se ha caracterizado por drásticas decisiones en muchos ámbitos, desde la Guerra con Ucrania (que dio pie a una polémica reunión con Volodímir Zelenski) hasta sus regulaciones sobre los aranceles, que afectan a la Unión Europea y, por ende, a España.
Otro de los sectores que ha revolucionado el presidente de los Estados Unidos ha sido el de la automoción, y es que el mandatario está manteniendo una cruzada contra los coches eléctricos, algo que ya prometió durante la campaña electoral frente a Kamala Harris. Donald Trump, abanderado del conservadurismo, ha puesto en el punto de mira a estos vehículos, incluso si eso afecta a uno de sus grandes aliados como es el fundador de Tesla, Elon Musk.
La guerra de Donald Trump contra los coches eléctricos
Nada más volver al Despacho Oval, Donald Trump congeló los fondos del programa NEVI impulsado por Joe Biden, que destinaba más de 5.000 millones de dólares a mejorar las infraestructuras de los coches eléctricos alrededor de todo el país. Además, ya ha planteado la eliminación de los 8.000 cargadores para estos vehículos que existen en los edificios federales alrededor de Estados Unidos, lo que dejaría a los funcionarios sin la posibilidad de recargar sus automóviles oficiales, que también podrían ser sustituidos en un futuro cercano.
El presidente también tiene la intención de eliminar la ayuda de 7.500 dólares a aquellos usuarios que comprasen un coche eléctrico y que impulsó la anterior administración demócrata bajo el paraguas de la Ley de Reducción de la Inflación. Esto afecta sobre todo a los tres grandes fabricantes de Estados Unidos, General Motors, Ford y Fiat-Chrysler, que han sido incapaces de competir contra la fuerza de los vehículos importados de China y, sobre todo, de Tesla.
Elon Musk y las políticas de Donald Trump
La gran unión política y personal entre Donald Trump y Elon Musk en este segundo mandato del republicano ha sido uno de los principales focos de las últimas semanas. El fundador de Tesla, por contradictorio que pueda parecer, no se ha opuesto a la eliminación de todas estas subvenciones, ya que aun así seguirá siendo el dominador del sector de los coches eléctricos en Estados Unidos.
Eso sí, la incursión de Elon Musk en la política estadounidense y su alianza con Donald Trump ha tenido efectos negativos en las ventas de Tesla alrededor de todo el mundo: en Europa el batacazo ha sido bastante importante, mientras que en Estados Unidos también ha habido estados (como California, que es muy demócrata) en los que también se ha notado el rechazo de los ciudadanos al giro que ha dado el magnate.
Source: Coches