Mié. May 28th, 2025

A menudo los agentes de tráfico de la Guarida Civil se encuentran con situaciones peligrosas en las carreteras españolas. Una de ellas, ocurrió hace unos días en la AP-7 en el término municipal de Cartagena, cuando detuvieron a un conductor de 74 años que circulaba en sentido contrario durante al menos 20 kilómetros, poniendo en riesgo al resto de usuarios de la vía.

Una vez los guardias civiles consiguieron interceptarlo en el arcén le comunicaron que se le iba a investigar por un presunto delito de conducción temeraria (artículo 380 del Código Penal), además, el septuagenario se negó a someterse a que le practicaran el test de alcoholemia, lo que incurre en la comisión de otro delito (art. 383).

¿Qué consecuencias penales puede tener este conductor?

En primer lugar, el delito por conducción temeraria tipificado en el artículo 380 del Código Penal español estipula una pena «de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años».

Además, si el juez estipulara que la conducción temeraria fue con «manifiesto desprecio por la vida de los demás», el castigo aumenta hasta penas de «prisión de dos a cinco años, multa de doce a veinticuatro meses y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un período de seis a diez años». A estas penas habría que sumarse las del delito por negarse a someterse a la prueba de alcoholemia.

Consecuencias penales por negarse al test de alcoholemia

El artículo 383 del Código Penal estipula que «el conductor que, requerido por un agente de la autoridad, se negare a someterse a las pruebas legalmente establecidas para la comprobación de las tasas de alcoholemia y la presencia de las drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas a que se refieren los artículos anteriores, será castigado con las penas de prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años”.

¿Cuándo comenzaron las pruebas de alcoholemia?

Para encontrar los primeros controles de alcoholemia realizados en España, hay que retroceder a la década de 1980, concretamente al año 1981. Fue entonces cuando la Dirección General de Tráfico empezó a implementar este tipo de pruebas y estableció un sistema para su aplicación regular.

Tal y como recoge el Boletín Oficial del Estado de ese mismo año, el límite de alcohol en sangre se estableció en 0,8 gramos por litro, una cantidad superior a la permitida hoy en día, que es de 0,5 g/l. Un dato relevante que señala la DGT es que en 1985 apenas se efectuaban unas 500.000 pruebas de alcoholemia al año, una cantidad significativamente menor si se compara con las cifras actuales.


Source: Coches

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por admin