Las visitas al mecánico no suelen ser plato de buen gusto para nadie. Aunque haya reparaciones y operaciones de mantenimiento que se queden dentro de un presupuesto ajustado, no todas las citas en el taller suelen acabar así. Es más, algunas facturas pueden suponer cientos de euros para el bolsillo y, en las épocas del año en las que estamos, un gasto más puede desequilibrar las cuentas del mes.
Sin embargo, los ‘daños’ económicos de una visita al taller pueden suavizarse si se siguen una serie de consejos antes, durante y al salir del establecimiento. El primer paso es tratar de definir muy bien cuál es el fallo de nuestro vehículo o qué reparación o actuación necesitamos. Cuando más ajustemos la descripción de lo que queremos o de lo que le sucede al vehículo, mejor podrán trabajar los profesionales del taller, menos tiempo necesitarán y más adecuado será el trabajo que realicen, ahorrándonos así gastos de mano de obra o consecuentes visitas de vuelta.
Consultar el presupuesto en el taller
Antes de dejar el coche en el taller mecánico, hay que consultar con los trabajadores del lugar el presupuesto. Aunque luego puedan ser necesarias más horas de trabajo, es importante tener una idea de cuánto nos vamos a gastar y que, a posteriori, nos facturen el trabajo y las piezas exactamente al precio pactado inicialmente.
En este paso, podremos decidir si queremos o no usar piezas de segunda mano. Si bien es cierto que para ciertas sustituciones está desaconsejado su uso por motivos de seguridad, para otras averías utilizar recambios de segunda mano es la mejor manera de ahorrar un buen pellizco, llegando a abaratar la factura hasta en un 70%. Consulta las opciones con el mecánico siempre antes de que empiece a trabajar o a solicitar piezas.
Antes de abandonar el taller es importante, también, apuntar los kilómetros con los que dejamos el vehículo. Aunque puede ser necesario que los mecánicos conduzcan el coche para detectar la avería, no hay que fiarse de que puedan excederse en estos trayectos, gastando combustible.
La factura y la garantía
Al ir a recoger el coche y pagar, debes solicitar siempre la factura con todos los gastos detallados y, por supuesto, preguntar si algo no cuadra. Además, este documento nos servirá para acreditar cuándo se ha efectuado la reparación y poder hacer uso de la garantía, si es necesario.
Los talleres legales deben ofrecer una garantía de tres meses o 2.000 kilómetros recorridos por cada reparación o pieza sustituida. Cuando no son de desgaste, sino estéticas (carrocería, interiores…), este periodo es de dos años. Con la factura en mano y sabiendo esta norma, en caso de que el vehículo presente la misma avería o de problemas, deberemos acudir al mismo taller que ejecutó la reparación para reclamar.
Siguiendo estos consejos, puedes evitar sorpresas en la factura del taller y detectar si el coste de la reparación se ajusta al trabajo realizado. Además, teniendo una estimación previa de cuánto vamos a pagar podremos organizar mejor nuestro presupuesto y evitar que la visita al taller nos descuadre los gastos del mes. Igualmente, cabe recordar que se pueden presentar reclamaciones y consultar con las asociaciones de consumidores qué hacer si consideramos que nos han cobrado de más o no estamos satisfechos con alguna de las actuaciones del taller mecánico.
Source: Coches