La forma de conducir es muy personal y cada cual tiene sus manías. Pero, ojo, que según qué vicios al volante pueden acabar provocando graves averías en la mecánica del vehículo. Mejor aprender por las buenas antes que por las malas (económicamente hablando) que hábitos es mejor evitar mientras se conduce.
Uno de los elementos que más puede sufrir de nuestras costumbres son los pedales. El uso (y abuso) tanto del embrague, como del freno o del acelerador pueden quemar alguna parte importante del coche. Por ejemplo, sustituir un embrague tiene un coste de entre 650 y 1.200 euros. Así que si reconoces que tienes uno de estos cinco fallos, mejor que pongas remedio y dejes de hacerlo:
–Apoyar el pie en el pedal cuando no sea necesario. Por costumbre y de manera inconsciente, muchos conductores dejan apoyado el pie en el pedal mientras no lo usan. Es mejor colocar el pie en la zona habilitada para ello a la izquierda del embrague antes de acabar destrozando el pedal.
-No pisar a fondo cuando se cambia de marcha. No empujar el embrague hasta el fondo cuando se cambia de marcha provoca fricciones que, dado lo repetitivo de este movimiento cuando se conduce, pueden acortar la vida del pedal.
-Soltar el embrague demasiado rápido. Es la acción contraria al fallo anterior y también provoca fricciones innecesarias en el pedal, es mejor ir soltando embrague poco a poco y de manera suave.
-No usar el punto muerto. Aunque hay controversia a este respecto, se recomienda poner el punto muerto cuando se está parado en un semáforo, por ejemplo. Los coches modernos con Start&Stop ya lo fuerzan, apagando el motor para ahorrar combustible solo cuando se pasa a punto muerto. Así se evita el estrés en el embrague.
-No controlar el punto del embrague. Lo ideal es mantener un control total sobre el pedal del embrague y tener una buena coordinación con el cambio de marchas. Si no se llega a controlar el pedal, aparte de que el coche puede calarse con facilidad, también se puede quemar el embrague.
Source: Coches