No será esta la primera vez que escuches que la visión al volante lo es (casi) todo. Tener una buena visibilidad puede influir enormemente en nuestra seguridad vial y, por tanto, puede evitarnos algún susto en carretera. Y para poder ver bien no hay mejor método que tener un parabrisas y unos cristales limpios y en perfecto estado.
El polvo, la suciedad, los mosquitos… el parabrisas del coche acaba recogiendo una gran cantidad de partículas que puede dificultar nuestra visión además de convertirse en un lodo que empeore la situación cuando llueva, debido a la presencia de componentes como alquitrán, sal o aceites, entre otros.
Por ello, es muy importante disponer de unos buenos limpiaparabrisas y unas buenas escobillas que nos permitan limpiar el cristal y dejarlo reluciente a la misma mínima señal de suciedad. Mantenerlos siempre en perfecto estado es tan sencillo como seguir estos consejos:
Los fabricantes recomiendan que, aunque no se detecte ninguna anomalía y funcionen correctamente, es necesario cambiar las escobillas de los limpiaparabrisas de manera periódica. Por ejemplo, Carglass aconseja que sea cada año o año y medio, siempre coincidiendo con otoño o invierno, si es posible.
Por otro lado, cuando veamos que la luna queda empañada o que algunas zonas quedan sucias después de pasar los limpiaparabrisas, es hora de cambiar las escobillas. Otros síntomas de su desgaste son ruidos extraños al desplazarse o movimientos raros, así como apreciar que la goma está dañada o rajada.
Source: Coches