Dom. Dic 22nd, 2024

Los nuevos modelos que sacan los fabricantes al mercado cuentan en la mayoría de las ocasiones con flamantes sistemas de seguridad para evitar sufrir un accidente al circular por las carreteras de España. Por otra parte, también viene equipados con airbags u otros elementos con el único fin de reducir los posibles daños en caso de un siniestro.

Pero antes de sufrirlo existen sistemas como el ABS, que revolucionó la automoción en los años 80 y que en la actualidad todos los coches deben contar con él, o el ESP, del que te vamos a hablar a continuación.

¿Qué es el sistema ESP de un coche?

Las siglas ESP hacen referencia a ‘Elektronisches Stabilitätsprogramm’ en alemán que traducido al español significa programa electrónico de estabilidad, pero sobre todo se conoce por su derivación del inglés ‘Electronic Stabilility Program’.

El control electrónico de estabilidad es un sistema de seguridad que se activa cuando la adherencia de los neumáticos llega a nivel crítico, por lo que entra funcionamiento para ayudar a controlar el vehículo gracias a que ajusta la potencia del motor y el frenado de las ruedas de forma individual. El primer coche en el que se montó el ESP fue el Mercedes Clase S en 1995, después de desarrollarse en un proyecto conjunto entre la marca germana y Bosch.

¿Qué pasa si llevamos desconectado el ESP?

Si circulamos por tramos en los que nos encontramos con circunstancias adversas como puede ser el agua sobre la calzada, la nieve o que el firme está en mal estado, es posible que si llevamos el control de estabilidad apagado perdamos adherencia en las ruedas, por lo que es más fácil perder el control del vehículo.

Por ello, desde los mecánicos y fabricantes se recomienda llevar el ESP siempre encendido, ya que, sino si el coche describe una trayectoria diferente, se puede producir una situación peligrosa, aunque hay algún caso en el que es mejor desconectarlo.

¿Cuándo se debe desconectar el ESP?

Hay muy pocas circunstancias en las que es mejor no llevar activado el control de estabilidad. Un ejemplo son las situaciones en las que nos encontramos con nieve en la calzada y te quedas atrapado en ella. En este caso al pisar el acelerador, los neumáticos se descompasan, ya que se posicionan en distintas alturas o superficies, por lo que el ESP ralentiza el giro de las ruedas para salir de esta desagradable circunstancia


Source: Coches

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por admin