De coches, de bicicletas y de motos… no nos extraña escuchar que, de vez en cuando, hay ciertos grupos que se dedican al robo de este tipo de vehículos. Probablemente, los modelos robados acaben en el mercado de segunda mano o incluso se utilicen para obtener piezas para arreglar otros vehículos. Sin embargo cuando hay un aumento de la actividad de bandas que se dedican a sustracciones específicas y que buscan determinadas piezas, la curiosidad se dispara.
Ahora, parecen ser los catalizadores del coche los que más llaman la atención a los amigos de lo ajeno. Además, no es excesivamente complicado sustraerlos, ya que con atar una cadena por debajo del coche al catalizador arrancarlo del escape es suficiente.
Pero, ¿qué es lo que convierte a estas piezas en botines tan preciados? Pues más que el catalizador en sí, es lo que contiene en su interior. En los catalizadores se utilizan metales preciosos y semipreciosos como el paladio, el rodio y el platino que una vez extraídos pueden venderse en el mercado negro. Por cada gramo de platino se pueden cobrar unos 37 euros y en el caso del paladio, unos 21 euros el gramo.
La razón de que estas piezas contengan este tipo de metales es porque estos elementos, al entrar en contacto con los gases contaminantes del coche, generan otros tipo de gases menos nocivos o inertes para la atmósfera. La vida útil de un catalizador es de alrededor de 10 años y una vez que si sustituye, el viejo pasa a un centro de reciclado donde se aprovechan estos metales para otros fines, reutilizándolos.
El catalizador del coche ayuda a reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y es una de las piezas que han de pasar examen en la ITV, por lo que será indispensable sustituirla si detectamos que nos la han robado.
Source: Coches