La reciente de noticia en la que se informaba que un conductor de Arteixo quedaba absuelto de pagar más de 2 millones de euros a Ferrari por haber tuneado un Ford como si fuera uno de los deportivos de la marca italiana ha dado mucho de qué hablar.
Aunque al final el conductor se ha librado de pagar semejante suma millonaria por daños a la propiedad industrial, la verdad es que Ferrari viene siendo conocida no solo por este tipo de demandas, sino también por la rapidez con la que tiende a emprender acciones legales contra sus propios clientes.
La exclusiva marca italiana mira con lupa a todo aquel que luce uno de sus coches. El control que lleva sobre cómo se usa cada uno de sus coches es férreo y, de hecho, los clientes de Ferrari firman un contrato con ciertas condiciones de obligado cumplimiento. En caso de incumplir cualquiera de ellas, el conductor podría acabar teniendo problemas legales con la marca.
Ni cambios de color, ni fotos extravagantes
Por ejemplo, los colores con los que se entrega un Ferrari son los que decide el exclusivo fabricante, ni uno más, ni uno menos. Las tonalidades están diseñadas para cada vehículo a medida y no se admiten cambios ni peticiones extravagantes, así como tampoco está permitido cambiar a posteriori, una vez entregado, el color del Ferrari.
Igualmente, hay que guardar una cierta actitud y decoro mientras se es propietario de un Ferrari. No se aceptan publicaciones obscenas o vulgares en redes sociales con un coche de estas características ni actitudes que Ferrari considere que pueden manchar o afectar a su imagen. En caso de no cumplir con esta norma, la marca podría vetar al cliente de adquirir nuevos coches.
Del mismo modo, tampoco está aceptado utilizar el Ferrari para hacer publicidad personal o de otros productos. En este caso, la batalla legal podría ser grave y muy larga de luchar.
Continuando con los aspectos estéticos, el emblema de Ferrari no puede ni sustituirse ni quitarse del coche. El cavallino rampante debe permanecer sobre la carrocería del deportivo durante toda su vida útil, sin excepciones.
Los Ferrari no se venden y menos aún a terceros
Pasando a aspectos prácticos de la propiedad del coche, Ferrari obliga a sus compradores a que tengan el coche escogido durante mínimo un año en sus manos. Deshacerse del coche antes de tiempo puede costarte una carta de aviso las acciones legales que emprenderá Ferrari en tu compra y la prohibición de adquirir otro deportivo de la marca italiana. Si crees que este fabricante no se dará cuenta de tus intenciones, despídete de esa: Ferrari siempre se entera.
En el caso de querer vender el coche y haber cumplir con el punto anterior, siempre se deberá llevar a la venta a través de un distribuidor oficial, ya que así Ferrari tendrá el control del proceso y sabrá en qué manos acabará su coche. Este punto es obligatorio de cumplir.
Source: Coches