A partir de los Welcome Points de Portugal, que nos dan la bienvenida a la red de autovías de pago del país vecino, es obligatorio pagar por los kilómetros de la red que están supeditados a peaje. El sistema más utilizado en Portugal, como ya se sabe, es el de telepeaje con cámaras en pórticos, un método que puede causar algunos inconvenientes.
Por desconocimiento o por exceso de picardía, muchos conductores españoles se arriesgan a cruzar la frontera portuguesa sin ningún tipo de sistema de pago de estos peajes, alegando que «esas multas no llegan», la gran excusa universal. Pero sí que llegan y pueden hacerlo hasta los 5 años siguientes de la comisión de la infracción, tal y como dicta la jurisprudencia lusa.
Lo primero que hay que entender es que estas llamadas multas, en realidad, son tasas que se han dejado de percibir y, por lo tanto, se pueden reclamar como cualquier deuda dineraria, explican desde el Comisionado Europeo del Automóvil. Esta definición cambiará, al final, el proceso de recurso o reclamación que deberá seguir el afectado en caso de no estar de acuerdo con el requerimiento de pago. Así pues, las ‘multas’ por no pagar los peajes en Portugal son infracciones fiscales con carácter tributario que están reguladas en el artículo 7 de la Ley nº 51/2015 de Portugal.
Hasta más de 300 euros en algunos casos
Los abogados de Pyramid Consulting especifican que, respecto a la cuantía del pago de estos requerimientos, esta norma prevé que cada infracción recogida será sancionada con un valor mínimo correspondiente a 7,5 veces el importe del peaje no pagado. Es decir, por no pagar un peaje de 11 euros podríamos acabar enfrentándonos a una reclamación de 82,5 euros como mínimo. Por otro lado, el valor máximo de estas sanciones será de cuatro veces el valor mínimo de la multa, según el Régimen General de Infracciones Tributarias de Portugal. En este mismo caso, el máximo que podrían requerirnos un pago de hasta 330 euros.
La creencia tan extendida de que las multas de Portugal no llegan ya no se corresponde con la realidad. Los países de la Unión Europea comparten la información sobre las matrículas de los vehículos y sus propietarios, por lo que esta sanción o requerimiento de pago acabará llegando a casa del titular del vehículo. Si no hay manera de recurrir, lo más aconsejable es pagar la sanción.
Source: Coches