La industria del automóvil global mantiene un delicado equilibrio desde que la globalización y la deslocalización de la producción impactó del lleno en los procesos industriales. Así, cualquier cambio de gobierno y la toma de decisiones políticas locales pueden influir en este sector económico generando pérdidas millonarias.
Las matriculaciones de coches europeos en Estados Unidos superaron el año pasado los 17 millones, lo que convierte a esta potencia americana en uno de los mercados que más vehículos de la eurozona adquiere (por detrás, desde hace muy poco, de China).
Pero estos datos, y por supuesto las ventas, peligran desde hace un par de años debido a las políticas proteccionistas del presidente norteamericano, Donald Trump, quien ha endurecido su discurso con vista a las futuras elecciones estadounidenses del 3 de noviembre. La amenaza norteamericana se centra en subir los aranceles aduaneros del 2’5% al 25% sobre los coches europeos, para así fomentar más la producción y la compra nacional, según los argumentos del gobierno de EE.UU.
Este tira y afloja se remonta a 2018, pero fue el año pasado hacia finales cuando empezó cobrar más fuerza. Aun así, una vez pasada la fecha en la que el gobierno estadounidense debía pronunciarse al respecto y tras la cual todavía no han confirmado la subida de los impuestos, la Unión Europea se mantiene tranquila ya que no creen que estos aranceles lleguen a materializarse. La comisaria de Comercio de la UE afirmó que los plazos legales para imponer estas medidas ya habían expirado pero que todavía no se había recibido la noticia de que no fueran a hacerse efectivos, así que durante estos primeros meses de 2020 podría tener lugar algún tipo de movimiento.
El país europeo que más vehículos exporta a Estados Unidos, acumulando el 70%, es Alemania, y la empresa más perjudicada sería BMW, que incluso tiene una planta en California a la que exporta grandes cantidades de componentes y vehículos. Le seguiría, según los datos, Italia.
España es el tercer mercado en el ranking de exportaciones pero apenas llega a acumular el 17’3%, por lo que los expertos no sienten un gran temor frente a la amenaza arancelaria. Pese a esto, Faconauto no duda en hablar en una guerra de precios entre los fabricantes europeos de coches si al final tiene lugar el cierre de fronteras del mercado americano.
Contra todo pronóstico, la industria americana de automóviles apoya a su homónima europea, ya que declararon que estas amenazas “debilitan su propia economía”, al no tener en cuenta la producción globalizada actual de vehículos y componentes para coches.
Source: Coches