Los patinetes eléctricos generan controversia. Su rápida conquista de las ciudades no ha convencido siempre a todo el mundo y la rápida proliferación de las empresas de patinetes compartidos ha acabado generando una sensación de hartazgo al resto de personas que no lo usan a diario, si bien han democratizo el acceso a este tipo de VMP.
París ya ha votado para echar a los patinetes fuera de la ciudad, un hecho que culmina con una trayectoria de años, ya que si hace unos cinco años había una veintena de empresas operadoras de patinetes compartidos, ahora son solo tres las que tenían la concesión hasta este próximo verano.
¿Qué es lo que ha pasado para que los patinetes hayan perdido tan rápido la popularidad? Pues es que, principalmente, se acaban viendo estos VMP como un peligro para la seguridad vial tanto de los usuarios como del resto de personas y vehículos que comparten la vía.
Mal uso e infracciones
En el caso, además, de las ciudades turísticas como París o Roma, este tipo de patinetes acaban usados por los turistas como un sencillo medio para cubrir las distancias entre monumentos y puntos de interés turístico, algo que sería positivo si, en muchas ocasiones, los usuarios aprendieran y respetaran las normas de tráfico de la ciudad por la que circulan, algo que no siempre sucede.
Los datos de la empresa de patinetes compartidos Voi muestran que los ámbitos en los que los usuarios de patinetes eléctricos más errores cometen son en las reglas de circulación en el tráfico y las de aparcamiento, además de en el conocimiento del patinete y su funcionamiento, el comportamiento general que se ha de tener al conducir un vehículo y el conocimiento sobre las señales de tráfico. Este desconocimiento y estas infracciones, aunque involuntarias o inconscientes a veces, acaban generando una sensación de caos en el resto de usuarios y en un entramado urbano ya lleno de diferentes agentes.
Las infracciones más cometidas por los patinetes eléctricos, por otro lado, son conducir en sentido contrario, por un lugar prohibido como aceras o zonas peatonales; no respetar la prioridad de paso en cedas, STOPS o similares es la segunda infracción más repetida y las infracciones de velocidad, la última. En este sentido, los patinetes eléctricos compartidos cumplen a rajatabla con las especificaciones de la DGT respecto a velocidades máximas y potencias, mientras que hay usuarios que llegan a manipular su patinete eléctrico. Según informe del RACC, un 16% de propietarios ha modificado su patín para que sea más rápido.
Queridos entre los jóvenes
Se estima que en España hay al menos un millón de patinetes eléctricos en funcionamiento y que casi el 97% sería de alquiler compartido. Y aunque estos VMP no sean amados por todos, es cierto que sí que tienen fieles seguidores. La generación Z, de entre 18 y 24 años, y los millennials, de entre 25 y 34 años, confían totalmente en esta modalidad de transporte. Son los tramos de edad más jóvenes los que cada vez se mueven más en patinete, mientras que los mayores de 45 años cada vez van mostrando un rechazo mayor a estos VMP.
Si se usan adecuadamente, algo para lo que las autoescuelas piden que se regule una formación mínima como agentes del tráfico urbano que son, los patinetes eléctricos son una manera ágil de agilizar y descarbonizar la movilidad urbana. Sin embargo, sin regulación y sin conocimiento de las normas de seguridad vial, se convierten en un peligro más.
Source: Coches