El precio de los coches, independientemente de que sean nuevos o de segunda mano, ha aumentado en el último año. Este encarecimiento de los vehículos empuja a los compradores a buscar sistemas de financiación para adquirir el automóvil, ya que pagarlo al contado es cada vez más complicado. Mucho hay que ahorrar para poder permitirse pagar un coche a ‘tocateja’, algo que hace una década podía ser más habitual, sobre todo en el mercado de los usados.
La financiación de un vehículo puede firmarse con el propio concesionario que nos vende el coche, que dispondrá de servicios de una entidad financiera para ello, o bien directamente con el banco. Las condiciones, así como la modalidad de financiación, pueden variar entre una opción u otra. Por ejemplo, no es lo mismo solicitar un préstamo tradicional con nuestro banco habitual que firmar un contrato de leasing con el concesionario donde compremos el coche.
Lo primero es, obviamente, revisar las condiciones (como los tipos de interés) y las ventajas que cada financiera nos ofrece. Los concesionarios tienden a, por ejemplo, ofrecer mejores condiciones si la financiación se firma con las entidades de crédito con las que trabajan: rebajas en el precio, mejores valoraciones… Aunque, por otro lado, suele ser común que el comprador tenga que pagar una entrada, mientras que si la solicitud del préstamo personal se hace con el banco se puede conseguir la cantidad total del precio del coche.
Independientemente de la opción que escojamos para financiar nuestro coche, nuevo o usado, las entidades financieras nos requerirán cumplir una serie de condiciones para concedernos el préstamo o cubrir la compra del coche.
Documentación y requisitos para financiar el coche
La documentación que tendremos que aportar será el DNI o documento de identidad, siempre en vigor, acompañado de justificantes de ingresos y patrimonio. Lo más habitual es presentar la nómina, en caso de que estemos contratados por cuenta ajena, o la declaración de la renta pasada. También es posible que nos pregunten sobre el tipo de relación contractual que tenemos con la empresa. De esta manera, la entidad se asegura de que tenemos solvencia suficiente para afrontar el pago de las cuotas del préstamo.
Por otro lado, no es extraño que la financiera compruebe que el comprador no es un moroso. Es habitual que estas entidades se aseguren de que el cliente no está en ninguna lista de morosos, como Asnef, ya que, en caso de estarlo, es muy probable que no nos concedan el préstamo o nos echen para atrás la financiación del vehículo.
Por último, es probable que se nos solicite una garantía adicional o un aval, bien sea con la nómina, con la pensión o similares. De esta manera, la entidad crediticia en cuestión se asegurará de que el comprador cuenta con un respaldo económico suficiente para pagar con regularidad las cuotas del préstamo en cuestión, sin incurrir en impagos ni situaciones de insolvencia.
Source: Coches