La ITV es una prueba obligatoria que todos los vehículos han de superar si su propietario no quiere tener que enfrentarse a una multa de hasta 500 euros. El absentismo en la ITV está en un 40% de vehículos del parque automovilístico que no han acudido a pasar las correspondientes pruebas, algo que afecta no solo a la seguridad vial de estos conductores, sino a la de todos los usuarios de las vías urbanas y las carreteras.
En aras de mantener la seguridad vial, no solo hay que acudir a los centros de la ITV cuando nos toca, según la antigüedad de nuestro vehículo. También es necesario volver a pasar la revisión técnica en el caso de hacer ciertos cambios y modificaciones en nuestro vehículo.
Las reformas por las que deberás volver a pasar la ITV
Cambiar el color, instalar una vaca o cualquier otro elemento que modifique la estética del vehículo no serán acciones que requieran actualizar la ITV. Lo serán aquellas que, según el reglamento, estén consideradas reformas. AECA-ITV recuerda qué modificaciones exigen ser revisadas, bajo amenaza de sanción.
- La instalación de neumáticos no equivalentes (aquí puedes consultar cómo calcular la equivalencia para evitar sustos).
- Modificación en la altura del vehículo manipulando o cambiando la suspensión.
- Sustitución de elementos de la carrocería como el paragolpes delantero o el capó, por razones de seguridad en caso de accidente de tráfico.
- Modificaciones de la centralita del motor.
- Cambios en los faros y el sistema de alumbrado.
- La instalación de un enganche para remolque (en el caso de desinstalarlo, no será necesario volver a pasar la ITV).
Cabe recordar que llevar a cabo cualquiera de estas modificaciones y ser rechazado en la ITV impedirá circular hasta que se solvente la situación del vehículo. En el caso de conducir el vehículo, la multa a la que se enfrentará el propietario será de hasta 500 euros.
Source: Coches