El pasado domingo contó con una hora extra debido al cambio de horario de invierno, por el cual todos los relojes atrasan sesenta minutos sus agujas durante la madrugada. Es decir, que a las 3.00 de la madrugada pasaron a ser las 2.00. Y aunque parezca una tontería, están más que probados los efectos que este cambio provoca sobre las rutinas diarias, la concentración, el sueño… e incluso la conducción.
Desde la Dirección General de Tráfico han alertado sobre las consecuencias que el cambio de hora tiene en los conductores y en la conducción. Y es que el hecho de poder disfrutar de una hora más de sueño el domingo se traduce en disponer de una hora menos de luz durante el día, por lo que aumenta el tiempo que los conductores deberán circular durante horas nocturnas.
La falta de luz al volante puede acarrear graves riesgos para la seguridad vial ya que tanto ver como ser visto es imprescindible para conducir. Un informe del Instituto de Investigación de Seguridad Vial de Holanda indica que no haber visto al otro vehículo, o haberlo visto demasiado tarde, influye en la mitad de los accidentes registrados durante una jornada. Es por esta razón que la DGT aconseja a todos los conductores el uso de las Luces de Conducción Diurna y, en caso de no disponer de ellas, activar las de cruce.
Pero además, el cambio de hora puede afectar a las facultades físicas del conductor. Algunos de los síntomas que provoca, según la DGT, son: fatiga, sueño, distracciones, dolor de cabeza e irritabilidad. Para evitar estas consecuencias. lo mejor es seguir un horario regular de comidas y descanso (procurando cumplir con ocho horas de sueño).
Durante las horas en las que, además, es más probable sufrir cansancio (como entre las 4 y las 6 de la mañana, cuando también baja el nivel de alerta en carretera) conviene disminuir la velocidad hasta un 20% y extremar precauciones, ya que en esta franja horaria es cuando se juntan las dos consecuencias del cambio horario al volante: la oscuridad y la fatiga.
Source: Coches