Jue. Dic 26th, 2024

EFE

  • Los Caminos Naturales discurren sobre canales, caminos de sirga, vías pecuarias, antiguos caminos y vías ferroviarias en desuso.
  • Son siete sectores: Noroeste (25 rutas), Noreste (43 rutas), Este (7 rutas), Balear (2 rutas), Sur (13 rutas), Centro (18 rutas) y Canario (6 rutas).
  • 1.200 kilómetros coinciden en su itinerario con las denominadas Vías Verdes.

Vía Verde la Sierra de Cádiz

San Sebastián, Vitoria y Sevilla son las ciudades mejor preparadas para acoger en sus calles a los ciclistas, según una encuesta de la OCU. Y no solo por sus infraestructuras y por su seguridad, sino por otros aspectos como la buena señalización, el cumplimiento de la normativa por parte de los peatones, los conductores y los usuarios de bicicletas; o la disponibilidad de bicis de alquiler en las zonas más concurridas.

Pero estamos pensando en usar la bici para hacer turismo, para conocer y disfrutar. A lo largo y ancho de nuestra geografía se vertebran infinidad de rutas ciclables, identificadas muchas de ellas con los conocidos como Caminos Naturales. Trazados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), forman parte desde 1993 de una red de vías interurbanas que discurren sobre canales, caminos de sirga, vías pecuarias, antiguos caminos públicos y vías ferroviarias en desuso.

Con una longitud actual de 8.800 kilómetros, esta red divide el territorio nacional en rutas que se reparten entre siete sectores diferentes: Noroeste (25 rutas), Noreste (43 rutas), Este (7 rutas), Balear (2 rutas), Sur (13 rutas), Centro (18 rutas) y Canario (6 rutas). De estas rutas, aproximadamente 1.200 kilómetros coinciden en su itinerario con las denominadas Vías Verdes, que son ciclables en su totalidad y que aprovechan viejas plataformas ferroviarias.

Tanto las rutas urbanas como las interurbanas suelen estar clasificadas según su grado de dificultad. En su mayor parte son aptas para toda la familia, incluidos los más pequeños. Sin embargo, la imagen bucólica que podemos formarnos en nuestra cabeza antes de embarcarnos en nuestra aventura sobre dos ruedas puede hacerse fácilmente añicos cuando nos vemos obligados a interrumpirla para aplacar los lloros, protestas, lamentos y enfados de nuestros jóvenes acompañantes.

Consejos para antes de ponerse en camino

Para evitar este tipo de situaciones –o al menos minimizarlas– no está de más tratar de retrotraernos a nuestra propia infancia y recordar cuáles eran nuestras inquietudes. Eso es al menos lo que recomiendan en webs especializadas en cicloturismo como BicicletasyPiruletas, CicloTraveling y ConAlforjas. Todas ellas sugieren que, para evitar sorpresas desagradables, lo mejor es planificar en un principio rutas fáciles, con pendientes a favor y paradas espontáneas. Con niños no resulta fácil programar nuestras salidas, pues cuando no tienen sed, tienen hambre, se caen o necesitan ir al baño, aunque sea en mitad de la nada. Así, una vez comprobados sus límites, podemos ir sumando dificultad al viaje y observar cómo los pequeños adquieren soltura, fondo y confianza.

De todos modos, no es mala idea salir provistos de algún sistema de remolque que permita enganchar la bici del niño a la del adulto, de manera que cuando ya no pueda más, los esfuerzos recaigan sobre los mayores. Además, en nuestra elección de la ruta, debemos procurar evitar el tráfico rodado y, en cualquier caso, circular por detrás de los pequeños, de manera que podamos anticiparnos a los peligros y consigamos ser más visibles para los vehículos que se aproximen por la retaguardia.

Pero, por encima de todas estas recomendaciones, también haremos lo posible por dar protagonismo al niño, para que se sienta importante y participe en las decisiones. Sobra decir que nuestras escapadas ya no podrán ser culturales o gastronómicas, sino que con cierta frecuencia tendremos que parar para, por ejemplo, disfrutar de un parque infantil, o contemplar un insecto o una flor curiosa.

Hoteles que gustan de las bicis

Si además de recorrer un ruta, también queremos alojarnos en algún hotel en el que las bicicletas sean bienvenidas, una buena opción es acudir a la web de Bikefriendly. Este portal cuenta actualmente con un total de 200 hoteles a los que previamente ha otorgado el sello de Bikefriendly, la mayor parte de ellos en España y algunos en Andorra, Francia y Portugal.

Cada uno de estos alojamientos está catalogado en función de los servicios que ofrecen a los amantes de las bicicletas, desde un lugar seguro donde guardarla hasta un taller y un sistema de lavado. Al margen, claro está, de las rutas que ofrecen los hosteleros por la zona en cuestión o las que enlazan diferentes hoteles. En este último caso, la empresa se presta a transportar el equipaje entre un alojamiento y otro.

Source: Coches

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por admin