Las grandes ciudades españolas han dejado de sufrir el volumen del tráfico habitual y desde el mes de marzo han visto cómo el número de vehículos que transitaban por sus vías se reducía drásticamente. Y con la llegada de la nueva normalidad, las previsiones sobre el aumento del tráfico no han llegado a cumplirse.
Según un estudio que ha publicado TomTom, el número de desplazamientos en vehículo privado no ha llegado, todavía, a alcanzar los números habituales a los que millones de conductores españoles están acostumbrados. Y es que estas cifras cotidianas siempre conllevan atascos y pérdidas de tiempo (y salud), sobre todo en las ciudades más pobladas.
Donde más se percibe este bajón del tráfico es en urbes como Barcelona, Madrid y Sevilla. La reducción del volumen de vehículos diarios en estas tres localidades es de un 65, un 66 y un 67% respectivamente. Esta fluidez de tránsito se traduce en numerosos beneficios para los conductores y el resto de ciudadanos, como descenso del ruido, de los embotellamientos y, cómo no, de la contaminación.
También ha habido ciudades, como Zaragoza, en las que este descenso no ha sido tan acusado. TomTom explica que se debe a que sus desplazamientos volvieron a la normalidad más rápido ya abordaron antes las fases de la desescalada. En el caso de la capital de Aragón, la reducción del tráfico se mantiene en un 52% respecto a fechas anteriores a marzo.
Este bajo volumen de vehículos y el hecho de que aún no se hayan alcanzado los niveles habituales está favoreciendo a los conductores que tienen que transitar en las horas punta del día, coincidiendo con accesos y salidas del trabajo.
En 2019, por ejemplo, un ciudadano medio de Barcelona tardaba en llegar a su destino 33 minutos más de lo previsto si había tráfico. Sin embargo, ahora, podría hacerlo en 26. Esto supone un ahorro del tiempo del 78%. En Madrid el ahorro es mayor y llega hasta el 86% mientras que en Granada y Murcia se mantiene de media en el 80% y en Valencia baja hasta 71%.
Source: Coches