“Con una dotación histórica de 1.550 millones de euros, el Moves III ha sido un programa ambicioso, pero los retos de implementación, las diferencias entre comunidades autónomas, el retraso en el pago de las ayudas al cliente final y la poca ayuda que se presta a los vehículos destinados a las flotas siguen siendo barreras significativas”. Esta es la acertada reflexión de Eduardo Divar, director general de Kia España, que, de algún modo, resume el sentir general de los distintos actores que intervienen en la difusión del coche eléctrico.
“Necesitamos políticas que vayan más allá de los incentivos puntuales. Es fundamental un enfoque estratégico que abarque tanto el desarrollo de infraestructuras como la simplificación de los procesos de los usuarios. Esto pasa porque el Gobierno de verdad ponga en marcha un Plan Estratégico que nos lleve a las cero emisiones en 2035”.
Los inconvenientes de siempre
Y se hace la siguiente pregunta “¿Es este el impulso que necesitamos o seguimos en un punto intermedio?” Pues parece que nos mantenemos en la casilla de salida y eso lo decimos ahora nosotros. De hecho, esta ampliación no presenta apenas cambios y los descuentos siguen sin ser inmediatos, un extremo este último que desanima a los usuarios a decidirse por un coche cero emisiones.
Con las cuantías de las rebajas sigue sucediendo tres cuartos de lo mismo. El máximo no cambia, con el tope de 7.000 euros y una base máxima de 20.000 euros, y únicamente la ampliación de capital en 50 millones de euros y la ayuda del 15% en el IRPF, que se mantendrá todo el año, son las dos cosas positivas que se pueden extraer de esta ampliación que, a todas luces, sigue siendo insuficiente.
Se debe y se tiene que avanzar en un programa de ayudas directas que sean inmediatas (ahora se reciben en muchos casos hasta dos años después de haber comprado el coche) con unos procesos accesibles que causen los mínimos trastornos a quien haya decidido solicitarlas. Esto solo para empezar.
Source: Coches