Los neumáticos son una parte del coche que hay que revisar con frecuencia, ya que de ellos depende la sujeción a la calzada y la estabilidad del vehículo. Llevar las ruedas en mal estado, desgastadas y no mantenerlas de manera adecuada supone un aumento del riesgo de accidentes en carretera.
Entre todas las dolencias que pueden sufrir los neumáticos de tu vehículo se encuentra la cristalización, que es uno de los desgastes más peligrosos ya que apenas se detecta o se nota a simple vista. Este fenómeno afecta al material de tus ruedas, haciendo que pierda sus propiedades. Es un proceso químico por el que el caucho pasa de ser elástico a ser completamente rígido.
La cristalización se debe a las temperaturas extremas. Si tu vehículo pasa mucho en zonas donde la temperatura es demasiado elevada y hay una gran exposición al sol o radiación, es probable que esto afecte al caucho de tus gomas. Aunque hay veces que, simplemente, las ruedas son demasiado viejas y se cristalizan.
Si los neumáticos de tu vehículo están cristalizados, notarás una serie de comportamientos anómalos que deberían llamar tu atención. Podrás darte cuenta de que tus ruedan padecen este tipo de desgaste por:
– La distancia de frenado de tu vehículo aumenta respecto a la habitual.
– Aumenta el consumo de combustible.
–Tu vehículo sufre aquaplaning y no muestra buena resistencia a este fenómeno.
–El agarre, tanto en seco como en mojado, se reduce de una manera considerable.
Si tu vehículo presenta estos síntomas, una manera muy sencilla para comprobar si los neumáticos están cristalizados es intentar clavar una uña en el dibujo de las ruedas: si la goma está blanda y se puede ejercer presión es que está en buen estado. Si por el contrario está dura y rígida, es que está cristalizada.
De todas formas, lo más recomendable es acudir al taller en cuanto notes que tus ruedas pierden propiedades o empiezan a fallar. Y recuerda, una vez que los neumáticos han sufrido
Source: Coches