Los equipos de fútbol, sobre todo los más grandes a nivel europeo y mundial, suelen contar con un amplio abanico de patrocinadores y sponsors que se convierten en las principales fuentes de ingreso. Compañías de todo tipo intentan adentrarse en este deporte para tener más visibilidad y conseguir a corto o medio plazo un éxito mayor en ventas, y el mundo del motor no iba a ser menos.
Desde hace bastantes años, es habitual que las grandes empresas automovilísticas pongan el foco en convertirse en uno de los mayores patrocinadores de los equipos más importantes a nivel de clubes y de selecciones. ¿Por qué? pues bien, el objetivo es ganar clientes y qué mejor manera que hacerlo uniéndote a una institución con miles y miles de seguidores repartidos por todo el mundo.
A partir de ahí, la empresa deberá de entregar un montante económico al club para que coloquen su logo en las camisetas, estadio, página web… y, en el caso de las compañías automovilísticas, también suelen entregar a los futbolistas y cuerpo técnico del primer equipo una flota completa de sus automóviles de último modelo.
¿Cuál es el problema?
La empresa, lógicamente, entregará a las estrellas de este deporte sus modelos más significativos para que los aficionados se fijen en ellos, piquen y adquieran un ejemplar de las mismas características. En condiciones normales, la marca le proporcionará un par de modelos o tres para que los jugadores puedan elegir y quedarse con su favorito.
¿Cuál era el problema con algunas marcas? Que los futbolistas deben quedarse con los vehículos que les entregaban a principio de temporada, independientemente de si les gustaba o no, tal y como acordaron el Real Madrid y la compañía Audi durante su alianza.
Malestar y obligación de comprarlo
A pesar de ser un acuerdo muy delicado por las cifras económicas que se manejan, ciertos jugadores no se lo toman en serio y se saltan las ‘normas’ del contrato. Muchos de ellos no están conformes con el modelo que les entrega la compañía y acuden a los entrenamientos y a los partidos en otro de sus automóviles propios.
Por ello, el Real Madrid, en su día, obligaba a sus futbolistas a acudir a los actos oficiales del club con el vehículo de la marca que les patrocina y cumplir con un reglamento interno, de lo contrario deberían pagar una multa si te lo saltabas. Curiosamente, uno de los que más dinero abonaba por infringir el código era Cristiano Ronaldo. Sin embargo, pagaba gustosamente la sanción con tal de ir cómodo y luciendo sus vehículos de alta gama.
Source: Coches