En Europa, sobre todo en los países más al norte, son de ir en bicicleta. Quitando el ya manido ejemplo de Ámsterdam, todos los estudios y encuestas muestran que las bicis son uno de los medios de transporte favoritos de nuestros vecinos europeos.
Para favorecer el tráfico de bicicletas, en una idílica ciudad de Noruega han inaugurado el túnel-carril bici más largo del mundo, o así lo defienden. Esta estructura, que tiene el sencillo nombre de Fyllingsdalstunnelen, es un recorrido subterráneo de2,9 kilómetros que conecta los barrios Fyllingsdalen y Mindemyren atravesando la montaña Løvstakken, con una altura de 477 metros. Viendo la inclinación del terreno, esta estructura subterránea facilita mucho la vida a los usuarios de las bicicletas y similares.
La estructura interior, además, está pensada para que tanto peatones como ciclistas puedan compartirla. Con un ancho de seis metros, hay un carril destinado al flujo de bicicletas de 3,5 metros de ancho y otro para caminantes y corredores, de 2,5 metros.
300 millones de coronas noruegas
La portavoz de la compañía ferroviaria Bybanen Utbygging, quien ha desarrollado esta estructura, Camilla Einarsen Heggernes; comentó tras la inauguración del túnel el pasado 15 de abril al medio CNN que, en el suelo, se ha colocado una goma azul similar al de una pista de atletismo, lo que hace «que sea más agradable de usar a que si uno simplemente caminara sobre asfalto».
Desde esta compañía defienden que este túnel es el más largo del mundo de su clase. Las obras comenzaron hace cuatro años, en febrero de 2019, y este proyecto ha estado financiado por el estado noruego. El coste ha sido de 300 millones de coronas noruegas o 25,37 millones de euros. Camilla Einarsen Heggernes explicó que se trata de un túnel «100% de última generación».
Un reloj de sol a mitad del túnel
Atravesar sus casi 3 kilómetros en bicicleta cuesta unos 10 minutos, mientras que recorrerlo a pie se alarga hasta los 40 minutos. Sin embargo, el trayecto no es para nada tedioso, ya que se han colocado obras y muestras de arte a lo largo de sus paredes.
Para romper con la monotonía del túnel, que obviamente no cuenta con ventanas, se han instalado colores e iluminación para ayudar a los usuarios a ubicar dónde se encuentran a lo largo del trayecto.
Destaca una estructura que imita a un reloj de sol, pese a que nunca recibe solar directa. Muestra la hora y ayuda a rompas la línea de visión, que se alarga en los túneles y más en este caso, ya que el recorrido es totalmente recto. Además, cualquier usuario que pase por al lado del reloj sabrá que se encuentra a mitad del trayecto para llegar a su destino.
Source: Coches
