Circular en bicicleta cada vez es más habitual, bien sea como medio de transporte en ciudad como hobby por carretera durante el fin de semana. Los ciclistas son usuarios vulnerables de las vías y la DGT repasa cuáles son las situaciones de riesgo más habituales que un ciclista puede encontrarse, sobre todo, en ciudad.
Cruce desde la derecha
Por ejemplo, un ciclista circula pegado a la derecha podría ser golpeado por un coche que salga de una calle lateral a esa vía. Para evitarlo, la DGT aconseja reducir la velocidad si se no puede tener contacto visual, colocarse dentro del propio carril lo más a la izquierda posible, utilizar el alumbrado si es de noche y hacer uso del timbre.
Golpe al abrir la puerta del coche
El ciclista circula en paralelo a vehículos aparcados y un ocupante de un coche abre una puerta justo delante del ciclista, sin darle tiempo para frenar o cambiar la trayectoria. Aquí solo queda prestar la máxima atención a los coches aparcados y circular alejado de ellos todo lo que nos permita nuestro carril.
Semáforo en rojo y giro a la derecha
Un ciclista se detiene en un semáforo en rojo o en un stop, a la derecha de un automóvil donde su conductor no puede verle. Cuando la luz cambia, el ciclista sigue de frente y el automóvil gira a la derecha, golpeando al ciclista. Para reducir el riesgo hay que evitar detenerse en el ángulo muerto del automóvil, asegurándonos que nos ha visto o que hay suficiente espacio entre nosotros.
Coche adelanta y gira a la derecha
Un automóvil adelanta a el ciclista, gira a la derecha y le atropella. Hay que ocupar, según la DGT, la parte central del carril para hacerse más visible y, cuando nos aproximemos a un cruce, mirar siempre hacia atrás para saber quién se aproxima. También hay que evitar adelantar a otros vehículos por la derecha.
La bicicleta adelanta por la derecha
El ciclista sobrepasa por la derecha a un automóvil que circula más despacio. El automóvil gira súbitamente a la derecha para estacionar o entrar a un inmueble, cortando la trayectoria del ciclista o chocando directamente contra él. La DGT recuerda que, aunque en ciudad esté permitida la circulación en paralelo, hay que evitar adelantar a otros vehículos por la derecha. Además, si el automóvil que va delante circula despacio, lo mejor será reducir la velocidad y adelantarle siempre por la izquierda.
Cruce desde el sentido contrario
Un coche se aproxima de frente y gira a su izquierda, cruzándose en la trayectoria del ciclista. Si se prevé esta situación, lo mejor es reducir la velocidad tanto como sea necesario, hasta detenerse si fuera preciso. La DGT desaconseja circular por la acera, ya que al bajar a la calzada el ciclista será ‘invisible’ para los vehículos que están girando.
Golpe lateral
El ciclista esquiva un obstáculo dentro de su carril, situándose delante de un automóvil, que le golpea. En estos desplazamientos laterales, hay que evitar sorprender a otros conductores, en especial si no guardan la distancia lateral de seguridad. Lo mejor es escoger las calles con tráfico más lento y con carriles más anchos, «donde quepan holgadamente un coche y una bici», define la DGT.
Golpe en un paso de peatones
El ciclista cruza por un paso de peatones y un coche que gira no le ve le y le atropella. La bici no tiene prioridad en los pasos de peatones y, de hecho, es una conducta sancionable. Lo mejor es bajarse de la bici y cruzar andando.
Choque en dirección contraria
El ciclista circula en sentido contrario y colisiona con otro vehículo que circula correctamente. Aquí la falta es del ciclista y la solución más sencilla es evitar estas conductas, que acaban siendo comunes por la facilidad para realizarlas.
Atropello por detrás
Es el accidente más temido por el ciclista: un coche atropella al ciclista desde atrás por no verle o por exceso de velocidad. Circular por calles anchas con tráfico lento, con más espacio y tiempo para que los automóviles puedan reaccionar, reducirá el riesgo. Las calles secundarias también son aconsejables, ya que estarán menos transitadas.
Source: Coches