Mientras que las ventas de coches en España continúan aumentando, son cada vez más los usuarios que optan por comprarse uno nuevo, ya que su anterior vehículo ha finalizado su vida útil o se ha quedado obsoleto. Cuando se decide cambiar de automóvil, lo más habitual es llevar el que se va a sustituir a un desguace.
En estos cementerios automovilísticos, denominados oficialmente Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos (CATV), se retiran definitivamente los coches (también los incautados por la DGT), donde posteriormente serán despiezados. Muchos conductores se preguntan cuánto dinero pueden recibir por dejar allí su vehículo, y lo cierto es que la cantidad puede variar mucho.
¿En qué se fijan los desguaces?
Los desguaces trabajan por piezas, es decir, los distintos elementos de los coches recogidos son los que realmente proporcionan beneficios a estos centros. Partiendo de esa base, los encargados de tasar el coche se fijan en varios factores a la hora de valorar un vehículo.
El principal componente para un desguace es el estado del automóvil. No es lo mismo un coche prácticamente impecable que uno que está en siniestro total del que apenas se puedan recuperar piezas. Otros factores muy importantes son la marca y el modelo, así como la versión, ya que dependiendo del coche, las piezas pueden estar más o menos cotizadas.
El kilometraje y el tipo de combustible también son elementos determinantes a la hora de tasar un vehículo que llega al desguace, así como el tipo de transmisión que tienen y el número de puertas con el que cuenta cada coche.
¿Cuánto pagan los desguaces?
Por lo general, y ateniendo a estos factores, los desguaces suelen tener tres rangos de precio a la hora de abonar al cliente el dinero: si el coche está en muy mal estado, la cuantía suele estar entre los 50 y los 200 euros, e incluso en ocasiones suele ser un dinero más simbólico que un pago al usuario como tal.
Si el vehículo tiene menos de diez años o está en un estado bastante aceptable, estos centros suelen pagar entre 200 y 500 euros, siempre teniendo en cuenta cada elemento. En este rango también entran los coches que tienen una altísima demanda de piezas.
Por último, los coches más cotizados para los desguaces son los de alta gama, cuyas piezas son extremadamente caras si se compran en un taller. Por uno de estos vehículos le pueden pagar a algún conductor desde los 500 euros hasta los 2000 euros. También entran en esta categoría superior los vehículos especiales, como pueden ser autobuses.
Source: Coches