El alcohol al volante es una de las principales causas de accidentes mortales de tráfico pero, al parecer, en torno a un 14% de los conductores todavía no son conscientes del peligro de conducir habiendo bebido. Bien sea por un exceso de confianza en las propias facultades físicas como por una falta de responsabilidad, coger el coche bajo los efectos de las bebidas alcohólicas sigue siendo un gesto habitual en nuestras carreteras.
La DGT ya ha desarrollado toda una campaña de vigilancia y control tanto en carretera como en ciudad para localizar a posibles conductores ebrios y ha avisado que, con motivo de las fiestas, se van a seguir estableciendo controles para detectar el abuso de alcohol al volante durante el periodo navideño.
En el caso de que nos encontremos con un control de alcoholemia, ¿a partir de qué límite se considera infracción y nos multarían? Ante todo, cabe recordar que la DGT recomienda no beber nada antes de ponernos al volante, pero hay dos límites de alcohol a partir de los cuáles se considera infracción, pudiendo llegar a ser delito.
Miligramos de alcohol en aire espirado
La DGT recuerda que el máximo de alcohol permitido cuando nos hacer una prueba con un etilómetro (más conocidas como los test de alcoholemia en los que hay que soplar) son 0,25 miligramos por litro en aire espirado. Esta cantidad se reduce a los 0,15 miligramos en el caso de los conductores profesionales y de los noveles.
Superar este límite está sancionado con 500 euros y la pérdida de cuatro puntos. En el caso de estar entre los 0,50 miligramos y los 0,60, la multa llegará a los 1.000 euros y la pérdida de seis puntos. A partir de los 0,60 miligramos, esa tasa de alcoholemia se considerará delito y estará penada con prisión.
Los límites en el caso de solicitar una prueba de alcohol en sangre (por querer contrastar el resultado del etilómetro o por tener una enfermedad que impida soplar) son de 0,3 gramos por litro de sangre en conductores profesionales o noveles y 0,5 gramos en el resto.
Qué factores influyen en la tasa de alcoholemia
La tasa de alcoholemia no es fija ni invariable: depende de varios factores y dependiendo del día el consumo de alcohol puede afectarnos más o menos. Los alimentos que hayamos ingerido (y el hecho de no haber comido), el tipo de alcohol que estemos bebiendo, el tiempo que haya transcurrido desde el inicio de la ingesta hasta incluso la propia costumbre de beber pueden influir en el resultado que demos tras el test de alcoholemia.
Así, aunque la DGT sí que ha hecho una estimación de cuánta tasa de alcoholemia corresponde a diferentes bebidas alcohólicas, habrá que coger esta información solo como referencia y no como verdad absoluta.
Por ejemplo, hay que tener en cuenta que el alcohol comienza a detectarse en sangre a los 5 minutos de empezar a beber y que empieza a desaparecer lentamente de la sangre hasta 19 horas después. El pico máximo de concentración en entre 30 y 90 minutos después de empezar el consumo, por lo que el momento en el que nos hagamos la prueba también podrá ser determinante en el resultado.
Source: Coches