A lo largo del año pasado las estadísticas arrojaron un dato positivo: se redujo el número de accidentes en carretera. Pese a este descenso, el 11% de la suma global de los siniestros corresponde al atropello de peatones y hubo 115 viandantes fallecidos. Este total es de 22 personas menos que el año anterior, pero en comparación con los informes de hace diez años, esta cantidad ha aumentado aproximadamente un 10%.
Para continuar reduciendo el número de accidentes que involucran peatones, hace falta colaboración tanto por parte del conductor como por la del propio viandante. Estos deben prestar atención a la carretera, sea urbana o interurbana, respetar las señales y los semáforos y reducir las distracciones, que también les afectan.
El uso de teléfonos móviles también disminuye significativamente la atención que los peatones prestan a la carretera, llegando en algunos casos a cruzar sin mirar o sin atender a las señales y poniendo en riesgo su propia vida. Según la DGT, también el abuso de alcohol o de drogas puede mermar las capacidades de reacción de los viandantes.
Para que los peatones comprendan los riesgos a los que se exponen cuando cruzan una calzada, aunque sea urbana y los coches no transcurran a tanta velocidad como en carretera, la DGT ha creado la cronología de un atropello y explica, paso por paso, cómo sufre nuestro cuerpo cuando un vehículo colisiona con nosotros.
386 #peatones murieron atropellados en 2018, 149 en carretera y 237 en ciudad. ⚠️⚠️#Peatón, camina con atención. ???? ????♀️????♂️ y cumple las normas . #Conductor, recuerda que son los más #vulnerables https://t.co/knEypq6ehG #PeatónSeguro pic.twitter.com/HuHqDlu09w
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) March 4, 2020
Si el turismo circula aproximadamente a unos 45 km/h y frena al ver al peatón, la velocidad del impacto será de media de unos 36 km/h. Primero golpeará las piernas del peatón provocando que este caiga sobre el capó e impacte con la parte superior en el parabrisas.
Una vez que la cabeza haya sufrido un impacto contra el cristal, el cuerpo por la inercia dará una vuelta y caerá otra vez sobre el capó para después impactar con la cadera en el suelo. Se deslizará sobre la calzada y acabará tendido en el suelo a aproximadamente unos 3 metros del vehículo.
Durante todo este proceso, que parece largo pero sucede en apenas unos segundos, nuestro cuerpo puede sufrir lesiones graves e irreversibles, dependiendo de nuestro estado de salud inicial entre otros factores. Para prevenir accidentes y evitar graves lesiones, mejor estar atento y no despegar los ojos de la carretera cuando la transitemos.
Source: Coches