Nuestros hábitos al volante, más allá de influir en la seguridad vial, afectan a aspectos como el gasto de combustible, la mecánica del vehículo o incluso las emisiones y las partículas que se expulsan al aire. Aunque parezca que la única solución a estos fenómenos sea dar el salto a la automoción eléctrica, hay otra respuesta posible: cambiar la actitud a los mandos del coche hacia una conducción sostenible o ecológica.
La conducción ecológica tiene como objetivo disminuir el consumo de carburante y contribuir a la movilidad sostenible. La Dirección General de Tráfico apunta que una eco-conducción puede suponer un ahorro en carburante del 10 al 25% y reduce las emisiones de CO2 en un 15%. Además mejora el confort y la seguridad en la conducción: la tranquilidad al volante y la anticipación disminuyen el riesgo y la gravedad de los accidentes.
Para dar el salto hacia una conducción sostenible, desde Tratamiento de Neumáticos Reciclados (un sistema que agrupa a varias empresas del sector) ofrecen un decálogo de consejos para cambiar la manera de circular y contribuir a una mejora de la seguridad vial y del medioambiente:
Source: Coches