Hace poco más de una década, si la vida te ‘trataba bien’, lo más seguro es que hubiera una berlina (o dos) en tu garaje. Hoy, pocos son los garajes que cuentan con una, concretamente menos del 7% de la cuota del mercado pertenece a este tipo de silueta de coche.
Y es que los SUV, en todos sus formatos y tamaños, parecen haber terminado de desplazar a este tipo de vehículos tras hacer lo propio en los años 90 y 2000 los monovolúmenes. Sin embargo, aún quedan algunas marcas que resisten.
Una de ellas es Peugeot, que lo hace de la mano de su 508, un modelo que desde que se lanzó al mercado en su última versión en 2018, ha funcionado de manera correcta, sobre todo para empresas y flotas. Ahora, la firma del león ha actualizado el modelo, y nosotros ya hemos podido probarlo en una ruta desde las instalaciones de la marca en Madrid, hasta Sigüenza, en Guadalajara, y vuelta.
Lo primero que llama la atención es su renovada imagen que, aunque no cambia en exceso, sí ofrece distintos elementos que lo modernizan. Por ejemplo, en la zona delantera contamos ahora con unas luces diurnas con la forma de las tres garras en lugar del colmillo que lucían antes. También nueva es la parrilla, que se integra ahora mejor en el conjunto del paragolpes y va pintada en el color de la carrocería, y que se corona con el nuevo logotipo de la marca en el centro de la misma. La zona trasera también cuenta con unas nuevas ópticas con la garra del león, aunque esta vez en forma más diagonal, y entre ellas, una tira en color negro con la palabra ‘Peugeot’ ocupando su totalidad.
Capítulo aparte merece la variante más deportiva del 508, el PSE, que cuenta con detalles en color ‘Verde Kriptonite’, frenos específicos, pinzas específicas en este color verde tan llamativo, aletines aerodinámicos delante, en el lateral y detrás, una parrilla y bordes de los faros en color negro, emblemas de las tres garras en el capó en color verde, llantas de 20 pulgadas, barras estabilizadoras de 22 milímetros, un ancho de vía ampliado, una altura rebajada… Toda una declaración de intenciones de lo que quiere transmitir el 508 PSE: deportividad.
Su habitáculo sigue siendo un buen lugar en el que sentarse, con generoso espacio, buenos materiales al tacto, huecos de almacenamiento, un buen maletero en ambas versiones, tanto en berlina como en SW (familiar). Sin embargo, Peugeot dota a este renovado 508 de se último sistema multimedia, más ágil y conectado, que se maneja a través de la pantalla central de 10 pulgadas. También cuenta ahora con un cargador inalámbrico más potente y con Apple CarPlay y Android Auto sin cables, así como actualizaciones OTA (Over The Air).
Durante nuestra prueba de conducción, este fue uno de los puntos más destacados del 508, su confort de marcha. El coche va muy bien aislado y es cómodo en casi cualquier circunstancia gracias a una suspensión con un tarado perfecto para el día a día. Si bien es cierto que en carreteras de montaña a ritmos algo más alegres, el 508 no está en su entorno más idóneo, no se desenvuelve nada mal tampoco en este tipo de rutas. Además, en las variantes híbridas enchufables, que son tres, conserva muy bien la batería para poder disponer siempre de energía eléctrica que ayude a un movimiento más eficiente y reducir así el consumo. Por cierto, también nos sorprendió que estas versiones PHEV no pierdan maletero con respecto a las variantes con motor de combustión corriente: 487 litros en la berlina y 530 en el SW familiar. Un acierto que no muchas marcas ofrecen cuando electrifican modelos que también se ofrecen con motores convencionales.
Mecánicas variadas y todas electrificadas
En lo que respecta a sus mecánicas, el renovado 508 puede elegirse con un motor de gasolina PureTech de 130 CV o con un diésel BlueHDi también de 130 CV, ambos con etiqueta Eco gracias a un sistema Mild-Hybrid. Por otro lado, si queremos hacernos con una etiqueta Cero tenemos tres opciones: la más ‘accesible’ es el nuevo Plug-in Hybrid de 180 CV, motor que se estrena en esta versión renovada del 508 y que se sitúa como entrada a la gama 508 híbrida enchufable. Por encima de este seguimos teniendo el híbrido enchufable de 225 CV y, en la cima, el PHEV de 360 CV y tracción total 508 PSE. Las autonomías de los dos primeros son de 64 kilómetros, mientras que en el PSE 4×4 de 360 CV se queda en 52 kilómetros.
Nosotros pudimos probar la nueva motorización híbrida enchufable de 180 CV y lo cierto es que va realmente bien. Es una opción muy acertada pues supone un punto de entrada a la gama PHEV más bajo, con un precio más asequible y con una potencia más que suficiente para el uso diario. Además, su autonomía eléctrica, bastante fiel a la anunciada oficialmente, permite desplazamientos cómodos para ir a trabajar, por ejemplo. Sigue sin convencernos del todo que tengamos que recurrir a tocar la pantalla central para prácticamente cualquier operación, porque aunque tenemos botones físicos en forma de atajos, estos terminan llevándonos igualmente a la pantalla y a tener que tocarla mientras se conduce para temas tan recurrentes como la climatización, algo que no es ideal, y menos cuando por solo tocar el teléfono móvil ya supone una multa con pérdida de puntos del carnet, mientras que tocar la pantalla central es algo a lo que se nos obliga en casi todos los coches actuales.
Para terminar, el renovado 508 tiene un precio de salida de 42.110 euros para el PureTech 130 con acabado Allure (sólo hay acabado Allure y GT). Por su parte, el nuevo híbrido enchufable de acceso Plug-in Hybrid 180 CV lo hace desde 51.110 euros. Si queremos la variante más deportiva de 360 CV y tracción total, el precio arranca en 70.060 euros para el 508 PSE.
Source: Coches