Hace tan solo cinco años, Audi descubría el primer e-tron, el pionero de una serie de modelos cien por cien eléctricos que ya cuenta con seis miembros. Aquel era un coche tipo SUV que, además de llevar la electrificación al segmento premium de gran tamaño, ofrecía el formidable dinamismo de Audi y una avanzada tecnología en todos los ámbitos.
Ahora, el concepto e-tron se vincula con la denominación del SUV más grande de la gama, el Q8, dejando de existir la variante original. Es una fusión del presente con el futuro.
El nuevo Audi Q8 e-tron es, eso sí, una evolución del e-tron “a secas”, y por tanto difiere de los Q8 térmicos o híbridos enchufables, los cuales siguen en el catálogo de la marca. También se ofrece en dos carrocerías, la SUV convencional y la más deportiva Sportback, que principalmente se diferencian por la caída posterior del techo y por el tamaño del maletero. La longitud total es de 4,91 metros, 8,5 cm menos que el resto de variantes del Q8.
Respecto al anterior e-tron, cambia y se moderniza tanto la parrilla frontal como los paragolpes, pero se mantienen las ópticas con las cuatro pequeñas franjas LED que lo identifican. Fruto de esos cambios también mejora la aerodinámica y la refrigeración, porque incorpora rejillas de aire activas que se abren o cierran automáticamente según las necesidades.
También se estilizan los laterales inferiores, se introducen cuatro nuevos colores para la carrocería y se enriquece la oferta de llantas, que van de las 19 a las 22 pulgadas en cuanto a tamaño.
El interior sigue la pauta de calidad propia de Audi, con la introducción de cuero sintético como parte del equipamiento de serie, junto a detalles en aluminio que dan un toque deportivo al habitáculo. La digitalización recae en un cuadro de instrumentos digital ampliamente configurable y en las pantallas centrales, de 10,1 pulgadas la del sistema multimedia principal y otra complementaria de 8,6 pulgadas para el control del la climatización.
Con los 2,92 metros de distancia entre ejes y las baterías dispuestas bajo el piso, el interior es amplísimo en todas las plazas, y llama la atención el espacio disponible para las piernas atrás. En la variante Sportback, tampoco hay una pérdida de espacio significativa a la altura de la cabeza, pero sí en el maletero, que se queda en 529 litros frente a los 569 de la carrocería SUV clásica. En ambos casos hay un segundo maletero de 62 litros bajo el capó delantero.
Más autonomía que antes
Si bien la oferta mecánica mejora, lo que aumenta significativamente en el Q8 e-tron es la autonomía, en este caso gracias a la integración de nuevas baterías con una estructura por capas que producen mayor energía manteniendo el mismo tamaño “físico” que antes.
La versión 50, cuyos dos motores pasan de una potencia total de 230 kW a 250 (313 a 340 CV), tiene ahora una batería de 89 kWh de capacidad neta que le permite recorrer 487 km (501 el Sportback). Ya con una batería de 106 kWh de capacidad, en el siguiente escalón está el Q8 55 e-tron, que mantiene el doble motor con 300 kW (408 CV) y ofrece hasta 576 km de autonomía (595 km el Sportback), mientras que el tope de gama, el SQ8 e-tron, que llegará al mercado un poco más adelante, sigue ofreciendo 370 kW (503 CV) gracias a sus tres motores y puede recorrer 465 km (483 el Sportback).
Otro elemento que mejora en las baterías es su capacidad de recarga, con potencias máximas de 150 kW (el Q8 50 e-tron) y 170 kW (55 y SQ8), lo que en la práctica implica que en puntos rápidos estos modelos pueden pasar del 10 al 80% de energía en aproximadamente media hora y con flujo de carga constante.
Durante la presentación nacional a la prensa, hemos tenido ocasión de testar el Audi Q8 55 e-tron Sportback por las carreteras del País Vasco y Cantabria, y desde luego el rodar de este modelo nos ha cautivado.
La contundencia del motor, con esos 408 CV, se hace patente desde el mismo momento en el que se pisa el acelerador, y el empuje gracias a los 664 Nm de par es soberbio, no en vano acelera de 0 a 100 km/h en solo 5,6 segundos.
Además, la tracción total quattro y la suspensión neumática de serie, junto con los perfiles conducción del Audi drive select (divididos en auto, comfort, dynamic, efficiency, individual, allroad y off road) permiten tener un coche para cada circunstancia, pero en las reviradas carreteras con curvas del recorrido de pruebas nos ha parecido especialmente interesante por su comportamiento el modo dynamic, que lleva al máximo la nueva puesta a punto del chasis (Audi lo cuantifica en un 10% la ganancia en agilidad), con mínimos balanceos de la carrocería y una dirección muy precisa y directa. También gracias a la suspensión, la altura de la carrocería al suelo de 176 mm puede variar en un rango de 76 mm según el programa elegido.
Ya a la venta en nuestro mercado, la estructura de gama se ha simplificado al máximo y solo contempla dos acabados, Advanced y S line, con un gran equipamiento tecnológico, de conectividad y seguridad, además de una serie de paquetes opcionales agrupados por “temáticas” para que sean más asequibles, a pesar de que hablamos de un coche premium de alto precio.
Sin descuentos, la versión de acceso del Q8 e-tron, el 50, cuesta 84.610 euros, 94.610 euros en el caso del Q8 e-tron 55. Las variantes S line se elevan hasta los 90.110 y 100.110 euros, respectivamente, y las carrocerías Sportback tienen un sobreprecio de 2.500 euros a igualdad de motorización y equipamiento con respecto a la carrocería SUV.
Source: Coches