Eléctrico, SUV, coupé, deportivo, amplio, tecnológico, equipado… ¿Es el e-tron Sportback 55 probado el coche ideal? Pues puede ser qué si y solo los 88.000 euros que cuesta, como corresponde a un modelo tan refinado y exclusivo como es su caso, pueden desviar nuestra atención y seguir soñando con él.
Derivado del e-tron que se presento hace ahora algo más de un año, el Sportback, y como esta denominación indica cuando la marca de los cuatro aros la aplica en uno de sus modelos, se caracteriza por un diseño más deportivo que se traduce en una trasera con una línea que deja caer el techo para conseguir precisamente ese efecto de coupé y empatizar con ese cliente que quiere distinguirse aún más entre el tráfico.
Con una longitud de 4,91 metros y una distancia entre ejes de 2,29 metros, las mismas que su homólogo, la cota de altura es precisamente la única que disminuye y lo hace en 2 centímetros. De todos modos, y aunque en las plazas traseras se aprecia esa merma, para nada vamos a dejar de viajar en esa zona de forma cómoda y espaciosa. La ausencia del túnel central de transmisión y su generosa batalla también colaboran a conseguir ese objetivo.
Otro punto a su favor, y debido a estos cambios, es la mejora del coeficiente aerodinámico para apuntar un Cx de 0,25 que va a contribuir a mejorar el consumo de energía y poder hacer más kilómetros.
El caso es que la figura del e-tron Sportback tiene todos los requisitos para ser un objeto de deseo que se potencia con su condición de eléctrico cien por cien. Dispone de dos motores (uno en cada eje) con una potencia combinada de hasta 408 CV y, en el caso del 55 probado, se alimenta mediante una batería de 95 kWh que permite una autonomía de 446 kilómetros, una distancia a considerar dentro de su categoría.
Además, en esta versión se ha trabajado mucho sobre la capacidad de regeneración que es bastante superior a la del e-tron convencional por las mejoras aerodinámicas y el nuevo desarrollo de la gestión electrónica.
En marcha, el SUV germano es todo genio. Ya sabemos como aceleran los modelos eléctricos, pero este con esa potencia se empeña en sacarnos una sonrisa siempre que nos cebamos con el pedal del gas. Todo ello a pesar de un peso de 2,5 toneladas que parece ser mucho menos no solo cuando aceleramos (anota un 0 a 100 km/h en 5,7 segundos) sino cuando nos enfrentamos a una carretera secundaria repleta de curvas.
Evidentemente las inercias están ahí, pero más de uno se sorprendería con su velocidad de paso por curva, el aplomo con el que lo hace y su potente equipo de frenos. La tracción total Quattro y su bajo centro de gravedad, con las baterías colocadas bajo el suelo, hacen el resto.
En cuanto a las opciones y tiempo de carga de las baterías, este modelo solo necesita media hora para conseguir un 80% en un punto de carga rápida, mientras que en una toma convencional de hasta 11 kW de potencia se puede hacer en 9 horas.
Disponible con cuatro niveles de terminación (básico, Advanced, S Line y Black Line) el Sportback puede incluir un avanzado sistema de iluminación Matrix LED digital que prácticamente convierte la noche en día y apenas deslumbra a los coches que vienen de frente.
De igual modo, hay que destacar los espejos exteriores virtuales opcionales que utilizan cámaras, alojadas en los paneles de las puertas, para proyectar lo que se ve hacía atrás. Su resolución es impresionante, aunque exigen cierto periodo de adaptación para habituarnos a esta inteligente forma de ver las cosas.
En el interior sobresale el típico estilo Audi de los modelos de última generación, en su caso con tres grandes pantallas digitales, la del tablero de instrumentos, la central (para manejar el MMI de infoentretenimiento) y otra inferior con unos tamaños de 12,3, 12 y 8,6 pulgadas respectivamente.
Para aquellos usuarios que no necesiten tanto poderío, Audi, y como en el e-tron, ofrece la versión ya conocida 50 quattro con 313 CV de potencia y 341 kilómetros de autonomía que, como es lógico, es más económica con un precio desde 75.430 euros.
Source: Coches