Que el vehículo de uso diario se averíe es un gran fastidio, sobre todo, por el largo proceso que desencadena. Encontrar un taller de confianza, llevar el vehículo, explicarle la avería, quedarse sin coche o sin moto durante varios días (a veces semanas)… y esperar no tener la mala suerte de encontrar un mecánico que empeore aún más la situación.
Las averías y reparaciones mecánicas son un mundo y el desconocimiento, muchas veces, puede jugarnos una mala pasada. Por eso, antes de dejar el vehículo en cualquier taller es importante conocer los derechos que se tienen como usuario y prestar atención a una serie de pequeños detalles que, al final, acaban siendo importantes.
Lo primero de todo es averiguar si el taller está en regla, es de confianza y tiene todas las autorizaciones necesarias. Si no es así, huye de ahí, porque te traerá más problemas que soluciones. Y, por supuesto, antes de entregar tu vehículo, es importante que solicites el presupuesto de la reparación y des tu consentimiento al respecto. Tampoco está de sobra que exijas un justificante como que has dejado allí tu coche.
Una vez que el mecánico se ha puesto manos a la obra con tu vehículo, es importante tener en cuenta varias cosas por si después surgen problemas. Tienes derecho a que se utilicen piezas nuevas y originales.
Si han dejado de producir las de tu modelo de coche o moto, el taller debería seguir teniendo piezas durante al menos cinco años después. Si, por otro lado, quieren utilizar recambios de segunda mano, deberán comunicártelo antes y contar con tu autorización.
Una vez que acaben con la reparación, deberán presentarte una factura con el precio final. Si no te la dan, tienes derecho a exigirla. Además, todas las reparaciones realizadas en un taller van acompañadas de garantía: tres meses o 2.000 kilómetros recorridos. Así que si durante ese tiempo tu vehículo vuelve a fallar, no dudes en reclamarlo al taller.
Source: Coches
