Existen muy diversos tipos de trazados en las calzadas españolas. Vías interurbanas, de alta velocidad, urbanas, travesías… Tanto en las ciudades como fuera de ellas, es habitual encontrarse túneles, soluciones que aligeran el tráfico o salvan ciertos obstáculos geográficos pero que requieren una conducción especial, mucho más atenta, para evitar accidentes graves.
Los túneles apenas tienen arcén y, dependiendo de su longitud, se pueden convertir en trampas de las que es muy difícil salir en caso de tener un accidente, Igualmente, los embotellamientos en túneles suelen ser bastante agobiantes y, aunque se dispone de salidas de emergencia para situaciones concretas o de peligro, es cierto que estas no permiten el paso de vehículos.
Para circular correctamente por un túnel y mantener la seguridad vial, hay que recordar estos tres puntos que destaca la DGT:
La posibilidad de verse atrapado en el interior del un túnel como consecuencia de un accidente o una avería justifica la necesidad de respetar rigurosamente las normas específicas de circulación en este tipo de vías. Las normas básicas de circulación en un túnel prohíben parar, estacionar, cambiar de sentido de la marcha, conducir marcha atrás y adelantar si no existen al menos dos carriles.
Igualmente, si nos encontramos con un semáforo en la boca del túnel que está en rojo, hay que evitar entrar. Lo mismo sucede si se ve que en el interior la circulación está detenida. En esta situación, habrá que detener el vehículo antes de ingresar en el túnel y conectar las luces de emergencia para alertar a los conductores que lleguen por detrás.
Source: Coches
