Conforme un coche va cumpliendo años, su mecánica se va deteriorando, por ello, en España, los automóviles a partir de los diez años deben pasar la Inspección Técnica del Vehículo (ITV) para así comprobar que siguen aptos para circular por las carreteras de nuestro país.
Por otra parte, también sucede que, con el paso del tiempo, los residuos procedentes de la combustión se van acumulando en los mecanismos del motor del vehículo, por lo que afecta a largo plazo en el rendimiento. Entre esta suciedad que se queda en la mecánica del coche, una de la que más afecta es la carbonilla.
¿Cómo eliminar la carbonilla del coche?
En primer lugar, es muy recomendable utilizar aditivos o limpiadores de motor de vez de cuando para que de esta forma se facilite el arranque. Los demás truquillos que se pueden realizar hacen referencia a los hábitos de conducción.
Uno de ellos consiste en salir con cierta frecuencia a autovías en caso de que el vehículo solo circule por ciudad a pocas revoluciones, con el fin de que haya un régimen alto de revolución durante un rato, gracias a esta simple acción el sistema el escape reducirá la presencia de carbonilla.
¿Cuánto cuesta quitar la carbonilla del coche?
Existe una solución que consiste en acudir hasta un taller especializado con tu vehículo para que le lleven a cabo una descarbonización del motor mediante un gas oxhidrógeno y una máquina para ello. Por lo que, limpiaran la cámara de combustión y las demás piezas que intervengan en el proceso.
El precio de este proceso de limpieza varía dependiendo del taller al que vayamos o del tipo de motor, ya que el coste es diferente según sea gasolina o diésel, aunque es preciso destacar que suele oscilar entre los 50 y los 100 euros.
¿Cómo lavar el motor del coche sin dañarlo?
En primer lugar, hay que dejar que se enfríe con una antelación de al menos una hora. Seguidamente, es preciso rociar con un desengrasante el motor, que es muy conveniente para quitar la suciedad más profunda. Una vez, el desengrasante haya actuado, es necesario utilizar un cepillo de cerdas suaves para ir pieza a pieza limpiando.
Después ya utilizamos una manguera de agua para quitar la suciedad restante, esos sí, tiene que ser a muy baja presión, para así evitar dañar las partes eléctricas del motor. Por último, secamos el motor con un compresor de aire y un paño seco, y lo encendemos para comprobar que todo funciona correctamente.
Source: Coches