Los coches necesitan mantenimiento y revisiones periódicas, pero también chequeos puntuales antes de emprender viajes largos. Cuando estemos planeando un trayecto largo por carretera con nuestro automóvil, deberemos poner a punto la mecánica del coche y asegurarnos de que esté en óptimas condiciones para viajar con seguridad.
El primer elemento al que deberemos dirigir nuestra atención son los neumáticos. Los neumáticos del coche son el único punto de contacto entre el vehículo y la carretera, por lo que deben estar siempre en buen estado (sin cortes, deformaciones o abolladuras) y tener una presión correcta.
La presión de los neumáticos influye en su comportamiento durante la conducción. Si es superior o inferior a la indicada por el fabricante, el coche perderá adherencia al asfalto, la rueda correrá más riesgo de sufrir pinchazos o reventones y, además, se disparará el consumo de combustible del vehículo.
Por lo tanto, antes de salir de viaje, es importante que revisemos la presión de los neumáticos. Si nuestra duda es cómo medir la presión de los neumáticos del coche, el procedimiento es tan sencillo como parar en una gasolinera o tener un manómetro en casa.
Cómo se mide la presión de los neumáticos
Antes de medir la presión de las ruedas hay que cumplir con una única regla: el neumático debe estar frío ya que, de lo contrario, la medición podría resultar alterada. Una vez respetado este paso, destapamos la válvula del neumático y conectamos la manguera del manómetro, sea el nuestro o el de la gasolinera.
Una vez que lo conectemos, por la válvula, y lo ajustemos correctamente, escucharemos el sonido de aire que escapa. Que no cunda el pánico, es algo perfectamente normal. El manómetro nos mostrará, automáticamente, cuál es la presión de nuestros neumáticos.
Si comprobamos la cifra con las tablas de presión recomendadas por el fabricante de nuestro coche y vemos que no coinciden, simplemente deberemos ajustar la cifra quitando aire o hinchando el neumatico. Este paso es sencillo, los manómetros tienen un más y un menos para poder ajustar la presión del aire deseada.
Retiraremos la manguera y volveremos a cerrar la válvula, poniendo el tapón con cuidado. Ahora sí, ya tenemos los neumáticos a punto y listos para salir a la carretera sin miedo.
Source: Coches