Con la llegada del otoño y el frío, las horas de luz durante el día en España se reducen drásticamente respecto al verano. Por esa razón, es más crucial que nunca ser visibles en las carreteras debido a los numerosos trayectos que se hacen con el cielo totalmente oscuro. Para ello están los faros del coche, a lo que hay que realizar periódicamente un mantenimiento adecuado, ya no por estética del propio automóvil, sino también por seguridad.
El sistema de alumbrado del coche es una de las partes esenciales del vehículo, y si no funcionan correctamente puede acarrear una sanción económica. Una de las causas que puede hacer que los faros no realicen debidamente su función es la condensación que se forma dentro de los focos, que se puede deber a diversos factores. Por ello, si aparece en los dispositivos de iluminación del vehículo, se debe saber cómo eliminarla.
¿Por qué se empañan los faros del vehículo?
Lo primero que hay que discernir son las razones por las que se forma condensación en el sistema de iluminación del coche. La razón más habitual es que se pierde el hermetismo en los faros, generalmente debido a microrroturas en la superficie de la pieza por pequeños impactos o por un gran cambio brusco de temperatura, algo similar a lo que ocurre en los cristales del vehículo.
Estas pequeñas grietas en el alumbrado del automóvil hace que la humedad (muy presente en los últimos meses del año) penetre a través de ellas y se forme esa película en la parte interna de la carcasa del faro. Pero esas fisuras no son la única causa de la aparición de condensación, sino que también se puede producir por otros factores, como un bloqueo del sistema de ventilación que provoca un gran contraste de temperatura.
¿Qué hacer si se empaña el sistema de iluminación?
Para asegurarse de que se elimina la condensación del alumbrado, lo primero que hay que hacer es desatornillar los faros del coche. Una vez retirados, se debe realizar un exhaustivo examen visual a la carcasa protectora para conseguir encontrar alguna pequeña raja que sea la causante de que se empañen. Si se halla alguna rotura, dependiendo del tamaño, hay dos soluciones: en el caso de que sea pequeña, se puede reparar usando cinta transparente y resistente a las inclemencias del tiempo, pero si es de cierto tamaño, hay que cambiar el sistema.
Si, por el contrario, no se detecta ninguna fisura en los faros, hay que revisar las juntas de toda la pieza, tanto las internas como las del protector, por si el problema es que no están bien selladas. Por otra parte, también hay que comprobar que las bombillas están correctamente instaladas, ya que un mal acoplamiento de las luces puede producir esa gran diferencia de temperatura. Por último, también hay que corroborar que el sistema de ventilación no está obstruido.
Source: Coches