La Dirección General de Tráfico (DGT) cuanta con muchas herramientas para controlar el tráfico que se produce por la red viaria de España, entre ellas destacan los radares, las cámaras de videovigilancia o los coches camuflados.
Estos últimos son utilizados por los agentes de la Guardia Civil para detectar infracciones de los conductores sin ser vistos por estos, ya que circulan en vehículos convencionales, por lo que no son visibles como automóviles de la Benemérita para el resto de los usuarios de la vía. Dentro de estos coches nos encontramos con multitud de instrumentos para que los agentes lleven a cabo su trabajo.
¿Qué dispositivos encontramos en el interior del coche?
En primer lugar, cuentan con conexión a internet y un sistema de comunicaciones vía satélite para que su ubicación GPS este visible constantemente para la central. Por otra parte, nos encontramos con radar con cámara de caja voluminosa que se instala sobre el salpicadero y que está conectado a un ordenador, donde se tramita directamente la multa por el agente.
A su vez, la cámara también incorpora un lector de matrícula para saber si el vehículo es robado o carece de seguro. Por último, cuentan con paneles de iluminación que avisan del radar, así como, de señales de emergencia visibles a cientos de metros de distancia. Es preciso indicar que todos estos instrumentos deben estar homologados, ya que sino la sanción no será válida.
¿Qué matrícula llevan los coches camuflados de la Guardia Civil?
Anteriormente era muy fácil identificar este tipo de vehículos, ya que portaban en su placa de matriculación las siglas PGC (Parque Guardia Civil), por lo que, aunque fueran automóviles convencionales era sencillo saber si pertenecían a la Benemérita.
Pero, en la actualidad, los coches camuflados que utiliza el instituto armado llevan matrículas al uso, es decir, las mismas que las de un turismo destinado al público general, por lo tanto, ahora es más difícil identificarlos en carretera.
¿Dónde suelen ponerse los coches camuflados?
La Guardia Civil no suele desvelar los sitios en donde se sitúa con sus radares móviles que introduce en sus vehículos camuflados, aunque gracias a las redes sociales se saben los lugares donde más les gusta esconderse. Por tanto, estacionan en arcenes y cunetas, zonas donde se prevé que se superen los límites y con algún escondite cercano.
También es común que se establezcan después de puentes o tras las biondas del quitamiedos si la vía lo permite. Por otra parte, con la llegada de los aparatos veloláser, que se caracterizan por su pequeño tamaño, se convierte en más difícil saber acerca de su presencia.
Source: Coches