Todo momento es bueno, incluso los de crisis, para soñar. En este caso, con algo tangible, real y, sin duda, espectacular: el Ferrari Roma.
Es la última creación de la firma del “cavallino rampante”, presentada al mundo a finales del año pasado y que está a la venta por 230.000 euros (de ahí lo de soñar, y nuestra más sincera enhorabuena a quien pueda permitírselo).
¿Y qué ofrece Ferrari a cambio? Probablemente uno de los coches más elegantes que jamás haya creado, y por descontado capacidades dinámicas de altísimo nivel. El superdeportivo Roma tiene configuración “2+2”, es decir, que tiene dos amplias plazas delanteras y otras dos en la parte posterior bastante más pequeñas, pero que pueden servir para llevar puntualmente a alguien.
Con 4,6 metros de longitud, para su diseño se ha “bebido” de la tradición de los grandes clásicos de los 50 y se ha puesto al día de una manera, a nuestro juicio, exquisita, con una robusta carrocería en la que destaca el poderoso frontal y el efecto y diseño de las ópticas Led tanto delante como en la zaga.
Por dentro el habitáculo es muy original, con dos espacios definidos para piloto y copiloto separados por un alto «muro» central donde se disponen los mandos del cambio y otras funcionalidades.
El cuadro de instrumentos es digital, como también la pantalla táctil central y otra en el puesto del copiloto para manejar el sistema multimedia, entre otras cosas. Apenas hay botones, porque casi todo es táctil, aunque el volante cuenta con un buen número de mandos para controlarlo todo.
Para mover este superdeportivo Ferrari ha colocado en posición delantera un propulsor de 8 cilindros en V y 3,9 litros de cubicaje que rinde nada menos que 620 caballos de potencia. El empuje es brutal gracias, entre otras cosas, a su doble turbo, y el régimen donde se maneja de manera óptima está entre las 3.000 y 5.750 revoluciones por minuto.
Con este motor, que se asocia a un cambio automático de 8 velocidades, las prestaciones son abrumadoras, como lo demuestra el hecho de que, desde parado, alcanza los 100 km/h en solo 3,4 segundos y los 200… ¡en poco más de 9! Además, es capaz de alcanzar 320 km/h de velocidad máxima, todo lo cual solo se podría hacer en un circuito.
Como vemos son cifras descomunales, y el chasis, suspensión y frenos están perfectamente adaptado a las circunstancias, pero en Ferrari han querido en este caso dar prioridad al confort de los ocupantes para un uso “normal”.
Source: Coches